Early onset || 2Jae

Fue amor a primera vista...

Se conocieron el primer día de invierno, cuando Youngjae accidentalmente derramó el contenido de la charola de servicio encima de él.

Sabía que tenía que disculparse, y tal vez ofrecer llevar la ropa dañada a la tintorería y pagar por su error, por lo menos para no perder su empleo. Sin embargo, no pudo decir ni una sola palabra.

Las masculinas facciones en el rostro del otro chico fueron suficientes para que el aire huyera de sus pulmones y sus piernas temblaran. No era muy guapo y sus orejas sobresalían del contorno de su cara, pero había algo en sus ojos que hizo que el mundo avanzara en cámara lenta.

—¿No me ayudarás con esto? —Preguntó al ver como Youngjae no tomaba ninguna acción.

—Lo siento mucho. —Se apresuró a tomar la toalla que siempre colgaba de su mandil para limpiar el café que manchaba el abrigo de su cliente. Su pequeño corazón de 16 años no paraba de golpear su pecho de forma reiterada. —Fue mi error.

—Por supuesto que lo fue.

Aunque usaba palabras duras, su rostro expresaba por completo lo apuesto. Si él hubiera derramado café sobre la ropa de algún otro cliente, probablemente le estaría gritando en ese momento, llamaría la atención del gerente y sería despedido más rápido de lo que había sido contratado.

Aquél chico le estaba sonriendo a pesar de que había derramado café en su abrigo y parte de su pantalón.

—Por favor no me reporte, es mi tercer día aquí.

—No te preocupes. —Dijo después de unos segundos. —Tengo más ropa en casa, pero ahora no tengo mi café.

—Lo compraré para usted, no se preocupe.

—Acepto. —La sonrisa en su rostro no desaparecía y el corazón de Youngjae no sabía cuál era el sentimiento que lo estaba embriagando. —Vivo cerca de aquí, ¿qué tal si me preparas otro Capuccino mientras voy a cambiarme?

—Claro que sí, gracias por no obligarme a llamar al gerente.

—Tendrás que añadir un pastelillo también.

—Téngalo por seguro, señor.

El contrario sonrió al escuchar como el mesero lo llamaba de ese modo otra vez a pesar de que se notaba que él no era mucho mayor.

—Volveré en seguida, por favor guárdame esta mesa, es mi favorita.

Sin decir una palabra más, aquél chico salió de la cafetería. Youngjae no pudo apartar su vista de él, sólo pudo reaccionar cuando desapareció al pasar los límites de los cristales de la cafetería.

Fue amor a primera vista...

Pero no lo recordaría al día siguiente...