Norte

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¡Ring, ring!

El sonido del teléfono inunda la silenciosa casa de Jón. Al otro lado, la frágil y rota voz de una mujer le saluda tristemente;

–Hola...–dice ella–, soy la madre de Ari...

–Hola –le devuelve el saludo–. ¿Qué ha pasado? Parece... triste...

La mujer tarda unos segundos en responder, que a Jón se le hacen eternos.

–Ari... se ha quitado la vida... Lo siento...–dice ella sin evitar llorar. No está mintiendo.

A Jón se le caen el teléfono y un par de lágrimas. No... Su mejor amigo...

¿Había muerto?

Sin pensar en un destino concreto, abandona su casa dejando tras de sí un rastro de lágrimas y de frases como "no es verdad" o "¡es mentira!". Pero sabe que es real.

Unos minutos después, llega a un parque a las afueras de su pueblo, donde solía quedar con Ari. Todo está en su sitio, salvo una piedra en el centro, que aplasta una hoja de papel. Jón aparta la piedra con una suave patada, y lee lo que pone en el papel. Para su sorpresa, es de Ari... y es para él.

"Hola Jón. Soy Ari. Para cuando leas esto, ya estaré muerto. Y ya lo sabrás. Bueno, quiero jugar contigo una última vez. He escondido una carta. Para encontrarla, deberás seguir una serie de pistas relacionadas conmigo o con momentos en común de nuestro pasado. La primera pista está detrás de este folio".

–¿Jón?

Una voz femenina suena detrás de Jón. Cuando se da la vuelta, descubre su identidad. Es Iris, una amiga de Ari y él. Jón se asusta. No quiere que se entere de lo de Ari, porque ella está enamorada de él.

–Ya sé lo de Ari –dice ella–. Lo siento...

–Tú debes de estar peor que yo...

–No te preocupes... Oye –dice ella, mirando el folio, –¿Qué es?

–Es de Ari... –responde Jón –. Me ha "propuesto" un juego, y no puedo decirle que no a un chico muerto...

–Te acompañaré –dice Iris después de que Jón le explicara de qué va el juego, con una voz a la que es imposible decirle que no.

La primera pista:

"No, you don't know what it's like... Welcome to my life"

Jón reconoce la frase. Es de la canción que tocaron los dos junto con Eidur y Gudjón en el concurso de grupos del año pasado, cuyo premio era ni más ni menos que dar una gira por toda Islandia. Aún recuerda a la perfección aquel día.

–Por favor –dijo Ari–, quiero tocar Welcome To My Life. Necesito hacerlo. Por favor.

–No, tío –respondió Eidur–, íbamos a tocar Basket Case. No vamos a cambiar ahora.

–¡Por favor! –insistía Ari.

Al final, Jón convenció a Eidur para que tocaran esa canción. Cuando Gudjón llegó y se lo comunicaron, estuvo de acuerdo.

Jón e Iris llegan al escenario fijo de la plaza del pueblo. Aún pueden escuchar la potente voz de Ari cantando esa canción. Detrás del escenario, aún pueden verle sentado, llorando después de haber perdido. Por desgracia, sólo es una ilusión.

La segunda pista está justo ahí, también debajo de una roca. Esta vez está escrita detrás de una foto de aquel día. En ella aparecen Jón y Ari con sus guitarras, Eidur con su bajo, y Gudjón detrás, saludando a la cámara mientras toca la batería. En esa época, Ari ya se había teñido el pelo de negro, que resaltaba sus ojos azules. Y también sonreía. Aunque algo le decía a Jón que esa sonrisa era falsa.

La segunda pista:

"Soy Loki, dios del fuego y los volcanes"

Jón recuerda esa frase a la perfección. Era de cuando se conocieron hace ya diez años, cuando tenían seis. Ari acababa de mudarse desde Reikiavik, así que Jón se acercó a él en la escuela:

–Hola, soy Jón, ¿Quién eres? –dijo él.

–Soy Loki, dios del fuego y los volcanes. Pero puedes llamarme Ari –respondió orgulloso.

Si algo no había cambiado, era el amor de Ari por la mitología nórdica.

Siguieron varias pistas más, pero no se puede contar todo en sólo tres páginas*. Al final, llegaron a la última pista, que sólo tenía una palabra:

"Norte".

Ni Jón ni Iris consiguieron entenderla a la primera. Les llevó bastante rato descubrir a qué se refería, aunque finalmente llegaron a la carta. La última parada.

La pista se refería al volcán Nordurjökull (volcán del norte), situado a las afueras del pueblo, y que acababa en un acantilado que se hundía en el mar. Era el sitio favorito de Ari. Justo al filo del acantilado, bien sujeta por un montón de piedras, se encontraba la carta. Decía así:

"Hola. Esta es la última nota. Mis últimas palabras. El fin del juego.

Perdón por lo que he hecho. Lo sé, el suicidio es estúpido... pero yo también lo soy. No voy a contar por qué lo hice. Solo quiero despedirme de ti, Jón. Has sido mi único amigo de verdad. Perdóname, por favor.

Sé que no será fácil, pero te propongo algo. Cuando me extrañes, ven aquí. Mira hacia el norte. Allí, en el fondo, donde se unen el cielo, el mar y los icebergs, estaré yo. Sonriéndote. Cuidándote. Te protegeré, de una forma u otra. Seré tu Æsir personal, por así decirlo.

De verdad, perdóname.

Y dile eso a Iris. Sí, eso que te dije aquella vez.

Hasta siempre,

Ari.

O mejor dicho, un chico muerto".

Cuando terminaron de leer la carta, empezaron a llorar.

–Jón... –dijo Iris–, ¿qué te dijo Ari?

–Él... también estaba enamorado de ti. Pero nunca quiso decírtelo. Ahora entiendo el por qué... Esto lo debió planear hace bastante tiempo...

Ambos se asomaron al acantilado. A lo lejos, justo donde había dicho Ari, creyeron ver su sonrisa verdadera, sus ojos azules... Y les daba ánimos. Pero, por desgracia, era una ilusión.

Desde entonces, siempre le hicieron caso a Ari. Creyeron que se había ido al norte... Y que algún día se reunirían en el norte con él.

FIN.



*Este relato fue escrito para un concurso. Una de las reglas del concurso era que el relato debía tener una extensión máxima de tres páginas, lo cual me parecía muy poco, así que añadí esa pequeña "indirecta" algo directa. 

NorteWhere stories live. Discover now