Centro comercial "ICEBERG"

16 2 1
                                    



Empujando las puertas giratorias de aquel centro comercial pude dar los primeros pasos en ese colosal edificio, una brisa de calor inmediatamente me sacó de ambiente, eliminando todo el frio que traía conmigo, esa sensación acogedora de creer que todo estará bien. El calor nos brinda seguridad, sobre todo si venimos de una situación desoladora y fría cómo en la que me encontraba antes de entrar a ese centro comercial.

Luego de haber sentido ese calor placentero recorriendo todo mi ser, pude abrir los ojos para contemplar esa maravilla de construcción, infinita por donde la mires, luminosa como el mismo paraíso, repleta de distracciones, atracciones y locales. Tenía la sensación de estar en el lugar ideal, el sitio donde debía estar.

Me acerqué al primer local que vi, una tienda de ropa de una marca muy reconocida. Una vidriera completamente limpia, sin la más mínima mancha visible, un vidrio en perfecto estado separaba la imperfección de mi ser con lo que siempre había soñado. Mi reflejo perceptible en el vidrio impecable mostraba la decadencia de mi figura, gigantografias de hombres y mujeres perfectamente hermosas me hacían sentir un ignorante de mi belleza, un descuidado de mi salud, un ser raro en la sociedad.

Un poco inseguro y con vergüenza entré al local, fui atendido con toda amabilidad por una joven muchacha muy arreglada, una cara muy cuidada y un pelo largo y liso como si hubiese sido planchado justo antes de que yo entrara. Le pregunte de forma muy cordial si me podía recomendar una campera que se ajustara a mi aspecto físico y con una hermosa sonrisa me pidió que aguardase un segundo mientras daba media vuelta y se dirigía hacia una escalera caracol que bajaba hacia lo desconocido. Luego de un minuto, aproximadamente, la joven subió a la superficie con una campera de cuero que cautivó mi atención desde el primer momento, sentía que fuese hecha para mi, quería a toda costa poseer esa prenda de vestir que colgaba de las manos de esa preciosa dama, sin embargo no tenía dinero para darme ese lujo. Con mucha amargura le agradecí a la joven y le dije que iba a pensarlo y evaluar otras opciones antes de tomar una decisión. Ambos sabíamos que era una cordial mentira, sin embargo me dijo que no había problema y me retire muy desilusionado.

Cuando salí del local recordé en el paraíso en el que me encontraba, miré hacia arriba y vi un largo techo de vidrio que nos resguardaba a todos los presentes de una fuerte tormenta, de nuevo me sentí reconfortado y protegido del peligro en ese inmenso centro comercial. Seguí recorriendo y encontré locales para todos los gustos, lo que quisieses comprar lo tenias en ese lugar, se vendía cualquier cosa que imaginaras, quisieras lo que quisieses en ese lugar estaba disponible, si tenias el dinero suficiente, por supuesto.

Mientras estaba abstraído de la realidad en ese mundo de mercancías algo me bajó a la realidad, un imponente hombre, vestido muy elegante de traje, caminando de forma muy concisa y segura, lucía su rolex y su corbata evidentemente caras. Sin embargo eso no era lo que llamo mi atención, era lógico ver a un hombre importante en un centro comercial de tan prestigioso nivel, lo curioso fue como las personas no le prestaban ni la más mínima atención a este personaje con rumbo desconocido. Pero mis dudas aumentaron a niveles incontrolables cuando me di cuenta de que no era una ni dos personas, eran muchas más, vestidas de la misma manera y dirigiéndose todas al mismo lugar de forma muy convencida.

Aparentemente el único que podía ver a estos extraños hombres era yo, o al menos era el único que les prestaba la atención merecida. Intente distraerme recorriendo el lugar pero no lograba dejar de pensar en ellos, estaban por todos lados y ninguno hacía otra cosa más que caminar en la misma dirección que los demás trajes. Intenté contenerme pero me fue imposible y seguí a uno de estos "hombres de negro". Parecía no notar o no importarle mi persecución, estaba muy concentrado en llegar y no se distraía con nada. Finalmente llegue al destino de estos curiosos personajes, me encontré con que sí, entraban a un local, pero todos entraban al mismo, un negocio que no estaba oculto para nada, pero que todos preferían ignorar, solo los hombres de traje percibían su existencia y eran los únicos que entraban o miraban su vidriera.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jan 03, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Centro comercial "Iceberg"Where stories live. Discover now