El Contrato Ayato X Yui [Editando]

Cambio extraño [edicion]

En aquella mansion, sakamaki reinaba la paz, ¿porque? Bueno tal vez el hecho de que novia de sacrificio mejor conocida como yui, dejara de ser tan perseguida tras la partida del joven sadico ayato, era aquella razon. La joven caminaba tranquilamente por el pasillo de la mancion respirando ondo tras su ultimo dia de paz. El viaje que habian hecho el joven ayato junto a su hermano kanato estaba por terminar.
Pero que mas podia pedir, ya habia disfrutado lo suficiente aquel mes.

Esa noche la joven, no pudo descansar tras el miedo de lo que le esperaria el dia siguiente, el cual era la llegada del joven pelirojo, que traia sus peores pesadillas ademas de hacerlas realidad una por una.

Narativa [yui]: me levante angustiada tras el dia terrible de insomnio y ansiedad que me probocaba aquel rencuentro.
Me acerque lentamente a la ventana con algo de temblor. Y si efectivamente ahi se encontraba aquella limusina que advertia la llegada de mi pesadilla. Agarre rapidamente mi ropa para cambiarme y bajar lo antes posible.
Al ir desendiendo por aquella escalera pude notar la exprecion de aquel, esa exprecion solo la habia divisado en cara del sakamaki menor. Me parecio extraña en el y un tanto atractiva. -ayato-kun- respondi friamente, esperando que su cara cambiase a la de siempre o que dijera chichinashi como usual mente me llamaba... Pero nada se quedo ahi me miro y encamino hacia su habitacion.
Tal vez en ese momento de shockeo no me di cuenta de la situacion real que los demas estaban viendo. ¡Ayato me habia ignorado!
Al paso de unas horas me parecio raro no verlo serca y pidiendome sangre. Eso me hizo dudar de si fue algo que dije o hize lo que lo molesto, para que no me dirijiera ni una sola palabra.
En la noche tube una nueva ansiedad, esa tenia como nombre: attencion.
Me preocupe al pensar que ayato decidio hacer un voto de silencio o ignoracia ¡hacia mi!.
Esa dia tampoco dormi bien que digamos.
Mas tarde el joven kanato me cito, al princio pense que seria por mi sangre o un picnic con tedy, como de costumbre, pero no ninguna de las dos acertaba a la verdadera razon por la que kanato me queria alli.
-quiero que hables con ayato- me dijo tan seriamente.
-porque?- pregunte deconcertada, tratando de entender la situacion en la que estabamos.
-No, te dire mas. Por favor habla con el, lo nesesita- al decir eso ultimo desaparecio.
Que ayato me nesesitaba! Eso debia ser una broma, o almenos eso pense antes de encontrame frente a su puerta con una bandeja, casi rebalsada de takoyakis.
Toque la puerta, una, dos... Tres veses, al no recibir ninguna señal de vida. Entre, quizas no alla sido la mejor idea, ya que al entrar pude divisar a ayato sentado en un escritorio, escribiendo algo que desde donde me encontraba no se podia divisar.
-senorita komori, la puerta existe para dar privasidad.- respondio tan maduramente que me hizo sonrojar a los pocos seguntos de escuchar las ultimas silabas de aquella palabra que de su boca salian tan perfectamente bien. Al momento de salir de mi pequeño trance comenze a analizar las palabras que uso ¿señorita komori? En lo que a mi respecta, ayato nunca me a tratado con respeto alguno.
Esto es extraño, pero creo que podria probar mi teoria afectando al punto devil.
-¿ayato no quieres mi sangre?- comence a mostrar mi cuello al desnudo tratanto de probocarle la tentacion. -no...- respondio el sin mas, ignorandome tan friamente. Ayato no quiere mi sangre, eso si es extraño.
Sali de la habitacion desconcertada tras el rechazo, un rechazo que obiamente era extraño y tenia que averiguar ¿porque?.
Mis pensamientos dieron justo en el blaco a dar con una posible persona a la que le podria sacra respuestas. Esa persona era kanato.
El unico que habia estado lo suficiente con ayato para poder saber que es lo que esta pasando con esta persona, tan diferentemente encantadora. Que estoy segura de que no es ayato.

Continuara.....
Espero que les alla guatado esta edicion, me gutaria antes de continuar editarla un poco.

Pd: perdonen mis erores de ortografia.