Las rosas crecen alimentadas por la poca vida de los cuerpos.
Gente moribunda se esconde, pero es en vano.
Sus cadáveres prontamente son absorbidos por la tierra a sus pies.
La reina de corazones está muriendo, y su pueblo también.
...
Y yo sigo aquí.
Sigo atrapado con este mundo corrupto.
En total soledad.
Vivo.
Nunca he aborrecido tanto el sonido de mi propio corazón, resonando en mi pecho en medio del sepulcral silencio.
Las rosas color sangre me rodean pero me mantienen vivo, ¿Porqué fui condenado a vivir esta tortuosa soledad?
...Ya sé.
Reviviré este país.
Lo reconstruiré con mis propias manos, como tu deseabas en tus últimos momentos, Mi Reina.
Es mi deber como el Conejo blanco atraer a "Alicia" hasta el País de las Maravillas, así fue escrita la historia.
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-No me esperaba un inicio tan deprimente.- -Bueno, el inicio es tan solo eso, ¿no es así? Pero no te preocupes, te aseguro que habrá un final feliz esta vez.- -Bueno... Si eso dices... ¿pero qué pasa después?- -Eso lo sabrás mañana, es hora de dormir.- -¿Eh? ¡Pero si ese inicio fue demasiado corto!- -Lo sé, pero te aseguro que mañana tendré preparado algo más largo.- -...Te creo... Espera, ¿No tienes la historia completa? ¡Dijiste que me leerías una historia terminada esta vez! Además quiero saber qué les pasó a todos- -Vamos, no hay nada malo con crear historias sobre la marcha. Incluso me ayudaste a crear la historia anterior. Las preguntas que tengas se contestarán con el tiempo.- -Pero no quiero tener que esperar a que se te ocurra algo para saber lo que pasa. Además estoy segura de que le diste un final malo porque no terminé mis verduras.- -Quién sabe. Lo que importa es que hora de dormir, así que no aceptaré quejas. Dulces sueños, Alicia.- -...De acuerdo... Dulces sueños, Faust... Me pregunto que le pasará al conejo...-
