Parte 1 El Incendio

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Oía gritos, ¿de quién?...
Era papá... ¿qué es lo que estaba gritando?...
¿Damián?... ¿Estaba gritando mi nombre?...

- ¿Por qué no puedo ver nada? ¿Por qué se siente tan caliente y pesado mi cuerpo? ¿Qué es lo que está pasando? .- Pensaba muy angustiado. Abrí los ojos, pero no podía ver nada, mi vista estaba nublada, pero podía reconocer en donde estaba.

-Estoy en el estudio de papá, ¿Por qué? ¿Qué hago aquí? .- Pensé.

Poco a poco mi vista se fue aclarando, y fue cuando me di cuenta que estaba rodeado de cosas incendiándose, todos los papeles de papá ardían en fuego, las cortinas, los muebles, los libros, absolutamente todo se estaba quemando.

- ¡Estoy aquí, en el estudio! .- Grite lo más fuerte que pude para que me pudieran escuchar.

-Tengo que salir de aquí .- es lo primero que se me venia a la mente .- ¿Pero cómo?...
Es cuando oí que estaban tratando de abrir la puerta del lado del pasillo.

- ¡¿Damián, estas bien!?-. Oí del otro lado, era papá quien estaba tratando de abrir la puerta.
- ¡Necesito que te apartes de la puerta, trataré de derribarla!

Yo me aparté de ella, y solo vi como fallaba en abrirla.
El humo que generaba el incendio empezaba a afectarme, cada vez tosía más y cada vez me sentía peor, mi respiración era cada vez más pesada, y me dolía cada vez más hacerlo. Después de varios intentos logró tirar la puerta. Traía puesta una toalla empapada, se abalanzó contra mí y me tomó del brazo, me alzó y me cubrió con la toalla.
El contacto de mi piel con la toalla mojada me hacía sentir mejor, el calor poco a poco se desvanecía, no estaba consciente de lo que estaba pasando a mi alrededor, solo escuchaba el esfuerzo que estaba realizando para sacarnos de la casa. La molestia causada por el humo me producía toz, no podía respirar.

- Ya casi Damián, falta poco, aguanta-. Me decía papá con un tono preocupado.

Sentía como estábamos bajando las escaleras, escuchaba como se quemaba la casa, como crujía la madera, también oía sirenas afuera, al parecer alguien de nuestros vecinos había llamado a los bomberos, eso me aliviaba un poco, pero de todo lo que oía, alcanzaba a percibir... gritos.
Era la voz de mamá, era su voz, estaba pidiendo ayuda, a lo mejor también se quedó atorada en alguna parte de la casa.
Papá se había detenido, yo no podía ver nada por la toalla, pero podía sentir viento, por lo que asumía que ya estábamos afuera. Me recostó sobre algo que parecía ser una camilla, me retiró la toalla, y en ese instante pude ver delante de mí como paramédicos trataban de ayudarme, me colocaron una boquilla de la cual empecé a recibir oxígeno. Cada inhalación era como una bocanada de vida que volvía a mi cuerpo.

Mientras los paramédicos me atendían, mi atención se dirigió hacia la casa, pude ver como salían llamas de la ventana de lo que era el cuarto de mis papás, el resplandor del fuego iluminaba toda la calle, al parecer ya era de noche, veía como los bomberos trataban de apagar las llamas.

- ¡Mi mamá! .- Empecé a gritar en automático.

Había recordado haberla escuchado, sabía que aún estaba adentro. Traté de zafarme de las manos que me detenían, pero era en vano. Las lágrimas empezaban a llenar mi vista, quería regresar, quería verla de nuevo, quería saber que estaba bien, quería que estuviera bien.

-¡Mi mamá sigue adentro! .- Seguía gritando.
- Ya fueron por ella los bomberos, estará bien no te preocupes .- Me decía uno de los paramédicos que me detenía. – Pronto estará contigo y con tu hermano.

-Es cierto, no había visto a John desde que salí de la casa .- Pensé al mismo tiempo que traté de buscarlo con la mirada.

Al poco tiempo lo encontré, pero era raro, no tenía ninguna expresión, era como si estuviera en shock, tenía las mejillas cubiertas de ceniza y su cabello estaba todo desarreglado, estaba viendo fijamente hacia la ventana del cuarto de nuestros padres. A su lado estaba papá, quien estaba llorando y gritando. Tras de ellos un pequeño grupo de vecinos se formó, testigos de lo que estaba pasando, en sus caras se podía ver lo impactados que estaban.
Escuchaba como los bomberos gritaban, como trataban de apagar las llamas, el sonido del agua saliendo por las mangueras era nulo en comparación al sonido de las llamas, el cómo estaban arrasando todo lo que había adentro de la casa.
Como ya estaba más estable, los paramédicos me dejaron acercarme a papá, en el camino me había percatado de que traía algo en la mano derecha, un pedazo de papel rasgado, en él se podía leer: "Protocolo Gizane"; no le tomé mucha importancia y lo guarde en la bolsa de mi pantalón, me acerque a papá y colocó la palma de su mano en mi espalda.

-Todo va a salir bien.- Me dijo con un aura de esperanza, pero con lágrimas en los ojos.
John no volteó ni una sola vez a verme.

-¡Rápido, una camilla! .- Se escuchó de entre todo el desastre. Los bomberos que habían entrado a buscar a mamá salieron con ella en brazos. Estaba inconsciente, gran parte de su cuerpo estaba cubierto de cenizas.

-¡Camila, Camila! .- Escuchaba a papá gritar. Al mismo tiempo que los paramédicos atendían la orden de los bomberos y colocaron a mamá sobre una camilla, la subieron a la ambulancia.

Mi papá se dirigió hacia Roberto, nuestro vecino de al lado, fue a pedirle que nos cuidara mientras en lo que iba al hospital con mamá, Roberto asintió.

-Roberto los va a cuidar, yo iré con su madre, no se preocupen que ella va a estar bien .- Nos dijo antes de que subiera a la ambulancia, pude ver que sostenía la mano de mamá antes de que cerraran las puertas. Se encendieron las sirenas, y la ambulancia se dirigió a toda velocidad hacia el hospital.
- Vamos niños .- Nos dijo Roberto con un tono amable, mientras nos dirigíamos hacia su casa.

Esa noche fue el inició de todo.

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⏰ Last updated: Feb 12, 2018 ⏰

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Protocolo: GizaneWhere stories live. Discover now