Hace mucho tiempo, en una edad antes de lo que pueda recordarse, se encontraba una esfera, en su interior se encontraba toda la creación del universo mezclada. Era algo majestuoso de ver, nada podía igualar tal belleza, esta era pequeña y grande, liviana y pesada, brillante y oscura... era todo y a la vez nada.
Pasaron tantos años, no se sabe cuántos con exactitud, pudieron ser milenios o eones, millones de millones de años, la esfera comenzó a crecer y eventualmente dos poderes comenzaron lentamente a formarse en su interior. Conforme su interior iba creciendo, los poderes también lo hacían, adquiriendo conciencia propia y ego, ambos poderes se encontraron frente a frente, uno brillaba con una claridad majestuosa, una luz que iluminaria cada rincón del universo, esta luz tomo forma de mujer llamándose a sí misma Livella, el otro era oscuro, aun con la luz más brillante esta no podía trapazar dicha oscuridad, es como si no existiese nada que pudiera disiparla, la oscuridad tomo forma de hombre y se llamo a si mismo Laionel.
Los años pasaron y ambos poderes iban creciendo, se dieron cuenta de su estado actual. Luego, ambos poderes se pusieron de acuerdo para romper la esfera que los contenía, una vez hecho esto, la esfera se rompió en muchos pedazos, algunas que se quedaron flotando sobre ellos empezaron a formar lo que hoy en día conocemos como el cielo, algunas cayeron y dieron lugar a la tierra y la vegetación. Entre ambos se origino el agua y en algunas partes del suelo se elevo para crear bastos continentes. El resto de fragmentos continuaron cayendo, originando más formas de vidas, animales, aves, estas criaturas se hicieron con los fragmentos llamados "Éter" de la esfera, bautizadas así mismas como "Criaturas del génesis". Entre estos seres vivos surgieron Los Guardianes, nombrados como Sabios y jurándoles lealtad a Livella y Laionel. Los Guardianes poseían una enorme inteligencia, grandes y resistentes cuerpos, creerían ciegamente en las acciones de ambos dioses y sus creaciones.
Livella y Lionel estuvieron satisfechos con los Guardianes, tanto así que los nombraron como los amos de todos los seres vivientes, la máxima expresión de toda su creación, todo esto fue antes de que la muerte y el verdadero paraíso existieran.
Livella y Lionel contemplaban como su pequeño mundo iba creándose poco a poco, estos crearon unos dioses menores, aquellos que se encargarían de darle vida a las diversas razas del mundo, siendo estos 4 en total. Estos fueron investidos con la autoridad sobre el mundo. El mayor, Xilen, tenía el poder sobre el agua. La hija mayor, Leona, controlaba el fuego. La segunda hija, Kinareth, controlaba la tierra. El segundo hijo, Brax, se convirtió en el amo del viento. Los dioses tomaron a su nueva creación y los llevaron al Altar de la Creación, el lugar en donde daría lugar lo ultimo que crearían con ayuda de los grandes dioses.
Livella creó un molde, un molde hecho a la imagen y semejanza de ella, haciendo que fuese la diosa de la creación. Este fue puesto en medio del Altar haciendo que sus hijos dieran un paso a él.
Xilen, usando su control sobre el agua creó un espíritu en el molde, dándole origen así a los Elfos.
Leona, usando su dominio sobre el fuego invistió con él el molde generando un ardiente espíritu, dando origen a los Orcos.
Kinareth, con su poder sobre la tierra creó un fuerte y firme espíritu, dando origen a los Enanos.
Brax, con el control sobre el viento creó un espíritu transparente y lleno de pureza, dando origen a los Humanos.
Una vez hecho esto, esparcieron las razas alrededor de todo su mundo, para que así empezaran crecer y reproducirse.
Los años pasaron y las razas convivían entre sí, crearon grandes ciudades, siguieron creciendo más y más, haciéndose más inteligentes e independientes. Siglos después se dio origen a un único gran reino, uno unido por las 4 razas donde convivían en paz. Sin embargo, Laionel se dio cuenta de lo que Livella hizo, este se encontraba celoso de todo lo que ella había logrado por lo que quiso crear un molde también.
En aquella gran capital, nombrada como "Sacred World" fue construida alrededor del Altar de la Creación, en donde las razas veneraban a sus dioses. En la noche más oscura donde ni un alma se encontraba por las calles de esa gran capital, Lionel sale de esta misma, entrando al Altar de la creación. Antes de esto había ido con cada uno de sus hijos, hablándole a Xilen para que le diese un espíritu como lo hizo con Livella, este respondió que solo tenía uno, por lo que no podía ayudarle. Este persuadió como pudo a Xilen, este sin más opciones le entrego el espíritu de las aguas estancadas y contaminadas a Lionel, este lo recibió encantado. Hizo lo mismo con sus demás hijos, tomo de Leona, aprovechándose de su lealtad, le entrego el espíritu del Fuego mortal. Kinareth, entre llantos le entrego el espíritu de la Tierra putrefacta. Y por último, Brax, rogándole a su padre que se detuviese sin ningún éxito le entrego el espíritu del Viento salvaje y Violento.
Livella se dio cuenta de esto, apareciendo rápidamente ante Lionel y atacándole, este la esquivo dando varios pasos atrás sin salir por completo del altar de la creación, este se arrodillo por un momento, parecía que le ocurría algo, llevaba su mano libre a su cabeza como si algo le estuviera molestando, soltando un fuerte quejido. Livella lo mira atentamente, Laionel se levanta y corre a ella, en lo que esta lo esquiva y perpetua un fuerte ataque a uno de los brazos de Laionel, cortándoselo por completo, este al tocar el suelo se disperso y Laionel escapo luego de un fuerte alarido de dolor.
Livella luego de eso volvió a los cielos, a su posición de madre creadora, dejándole el resto del trabajo a sus hijos y los Guardianes de capturar a Lionel y traerlo ante ella. Esa noche, esa misma noche fue el comienzo de algo trágico, o quizás la revelación de un engaño.
Pasaron los años y jamas se encontró a Laionel, sin embargo, un día aquel mundo tembló desde las mismas raíces de su creación, dando origen a un nuevo continente. Livella no dudo que esto era obra de Laionel, pero al no ser algo en lo que ella cooperase para su propia creación desconocía sus orígenes y carecía de la posibilidad de llegar a este continente. Livella encomendó a sus hijos para que le pidiera ayuda a las 4 razas de ese mundo que ahora se encontraba en peligro, pidiéndoles que fueran a aquel extraño continente y averiguasen lo que estaba ocurriendo.
Todos se prepararon a las armas y partieron a este lejano continente, pero apenas llegaron salieron de él criaturas nunca antes vistas, enormes lagartos con alas que escupían fuego, grandes monstruos hechos de piedra, una enorme serpiente con múltiples cabezas.... abominaciones de la creación misma comenzaron a surgir de ese continente.
Mientras, en el Altar de la Creación, en el centro del mismo donde se encontraba el molde de Livella, algo empezó a rodearle, delgadas líneas oscuras empezaron a acumularse en este molde, formando un espíritu oscuro, este comenzó a brillar y en un destello de luz y oscuridad formo algo nunca jamás visto. Sin embargo fue rechazado por el Altar, mandándolo lejos de este y de la capital.
Se podían sentir los fuertes vientos que anunciaban la guerra, la paz que había reinado por milenios se había roto y ahora era cuestión de algunos el resguardarla.
