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Me encantan los sonidos del bosque. Este en especial es tan sereno, se puede escuchar una sinfonía sumamente tranquilizante. Es simplemente perfecto.

No pude encontrar más que un cuarto que al parecer fue construido hace bastante tiempo pero eso no es importante lo que realmente me importa es que el se encuentre en este hermoso lugar, lo merece.

Me parece que sus gritos terminarán por desgarrar sus cuerdas vocales.

—No te esfuerces en gritar, ¿Acaso no entiendes que nadie logrará escucharte? —pregunto divertido.

—¡P-por favor! Dejame ir. —súplica el hermoso chico frente a mi.

—Pero claro que no lo hare —digo riendo.

—Te lo suplico por favor déjame ir, mi familia tiene dinero te daré lo que quieras. —Llora y mira en distintas direcciones buscando mi silueta entre las sombras.

La luz de la luna que transpasa la pequeña ventana me permite verlo. Yo me mantengo en el lado más obscuro de la habitación caminando de lado a lado sin dejarme ver. No aún.

—No me interesa tu dinero. —pronuncio frio. Mira hacia mi dirección dejandose guiar por el sonido de mi voz. Esos hermosos ojos chocolate reflejan su miedo, esta realmente asustado y ni siquiera he comenzado.

Llora en descontrol mientras sigue suplicando.

—Por favor ¿que quieres de mi?

¿Que quiero de ti? La pregunta deberia ser ¿que no quiero de ti?

—Todo.

Camino hacia el siendo alcanzado por la poca luz blanca, sus ojos se fijan en mi rostro por algunos segundos y luego lentamente dirige su mirada a la tela color negro en mi mano derecha.

—Si sigues hablando tendre que cortarte la lengua. —digo amenazante, el se muestra verdaderamente aterrado. No lo digo en serio pues se ahogaria con su sangre demasiado rápido.

A pasos lentos me voy acercando, el trata desesperadamente de soltar sus muñecas de las cadenas a las que están atadas. No servirá de nada.
Colocó la tela sobre sus ojos. Sus sentidos deberían agudizarse al no poder ver.

Me alejo de el y lo observo luchando inútilmente por liberarse. Es sumamente entretenido.

Ah querido Jimin no sabes cuanto espere para esto.

Me acerco hacia el. Me deleitó con su aroma. Retrocede al sentir mi presencia cerca suyo pero el muro detrás de el no deja que la distancia sea considerable.

La primera vez que lo vi quede maravillado, no podía creer que tanta perfección estuviese fusionada en un cuerpo. Desde ese día decidí que seria mio, casi un año después esta a punto de serlo.

Pronto podre ver realizada mi más retorcida fantasia. El protagonista está totalmente a mi merced.

Escucho su respiración agitada, el sonido de aquello que le permite vivir. Siento su piel erizarse en cuanto mi mano hace contacto con esta. Al fin puedo sentir tan delicado lienzo.

Llevo ambas manos a su cuello y aprieto, se retuerce por la falta de aire pero disminuyo la fuerza por lapsos permitiendole respirar, me acerco a su boca y uno nuestros labios en un beso que por supuesto el no corresponde, muerde agresivamente mi labio inferior abriendolo un poco y dejándome probar el sabor metálico de la sangre anticipadamente. Es bastante agradable el dolor que provoca esta pequeña herida, pero no es suficiente.

Relamo mis labios saboreando mi sangre. No puedo esperar a probar la suya.

Vuelvo a besarlo y el intenta separarse, refuerzo el agarre en su cuello y lo liberó cuando deja de pelear, repetimos esto unas trece veces antes que el me siga el beso. Sus labios y barbilla están ligeramente manchados con mi sangre. Se ve increíblemente bien.

Camino al otro extremo del cuarto donde tengo una pequeña caja de madera en el suelo, la tomo y la coloco sobre la mesa junto a la ventana, la abro y aún con la poca luz puedo ver perfectamente su contenido.

Esta llena de cuchillos, navajas y otros objetos de ese estilo. Tengo que hacer una buena elección esto será verdaderamente significativo.

Después de pensarlo cuidadosamente hago mi elección. Tomó de la caja un cuchillo de caza, por haber encontrado a la presa perfecta;una navaja de doble filo sin mango, para disfrutar cada doloroso trazo y una daga, por ser la primer arma que tuve así como el es el primero y será el último.

Me aproximó hacia el con los tres objetos de metal brillante, con los tres pinceles que unirán nuestras almas.

—Escuchame —pronuncio en un suave susurro—. Estas a punto de descubrir el placer que esconde el dolor.







Sádico || TwoShot YoonminWhere stories live. Discover now