NOCHE DE SOLEDAD

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En una pequeña habitación, llena casi en su totalidad de oscuridad a excepción de unas pequeñas velas que se derretían lentamente yacía sentado en completa soledad un joven rubio; su mirada parecía perdida en el vacío, alzó la vista un instante, y observó por largo tiempo aquellos ojos que parecían rubíes, llenos de belleza cuales joyas pertenecientes a un tesoro.

Pero cada uno de esos ojos perteneció tiempo atrás a un amigo, a un familiar, a una persona querida; y verlos en ése estado no era nada en comparación de como los vió tiempo atrás llenos de vida y alegría en el rostro de cada uno de sus camaradas.

Una hija de la mafia, un político, un artista, el fundador de una religión, un magnate, un estafador, el exitoso dueño de múltiples corporaciones, un inversionista, un médico, un sacerdote, un abogado, un músico; cada uno de ellos tuvo en su momento lo que era considerado como una joya invaluable, más para el joven que yacía sentado era mucho más que eso, era su familia.

El joven quien hasta ése momento mantenía una mirada fría, fue cambiando lentamente de expresión, a medida que la opresión que sentía en su pecho aumentaba, de igual manera gruesas lágrimas salían de sus ojos escarlatas y rodaban lentamente por sus mejillas, su dolor se iba incrementando e incontables recuerdos pasaban en ese instante por su mente, al punto de susurrar  un nombre

  - Pairo

Ese fue un momento de colapso total; el recordar a su mejor amigo fue la gota que rebalsó el vaso, se tomó con ambas manos su cabeza, mientras su llanto pasaba de un leve sollozo a unos quejidos que quebrantaba escucharlos, se culpaba a sí mismo de todo lo que había pasado tiempo atrás y se cuestionaba sus acciones

  - ¿Estaré haciendo lo correcto?
  - ¿Qué me dirían al verme de ésta manera?

Pero después se regañaba asi mismo

  - No puedes dar un paso atrás

Ese era el destino que había elegido, su deseo de venganza era lo que lo guiaba hacia adelante, pero a cambio de recuperar los ojos de su gente, había tenido que pagar un precio alto, y teñir sus manos de sangre, de las acciones que tanto aborrecía y detestaba, ahora él era el protagonista, y aún hacía falta mucha más sangre que derramar con el fin de conseguir su objetivo.

  - Recuperar los ojos de su gente y exterminar al Ryodan

Esa era su meta, maldecia a cada uno de los miembros que conformaban tal abominable grupo. "¿cómo es que fueron capaces de masacrar a inocentes?, ¿cómo es que no sintieron remordimiento alguno al hacerlo?"
Su corazón se iba llenando nuevamente de odio y resentimiento, y su deseo de venganza se apoderaba nuevamente de él.

Estaba tan perdido en esos pensamientos, hasta que en un instante, un nuevo recuerdo apareció. El sonido de risas alegres de dos chicos ambos de la misma edad, se apoderó de su mente, y no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa.

  - Gon y Killua- se dijo a sí mismo.

No es que se hubiera olvidado de ellos, ni de Leorio, para él eran lo más importante que tenía en ese instante, eran más que amigos, eran su familia. A pesar de no demostrarlo en esos días en los cuales los conoció, su alma se sentía llena de soledad. Y ellos lograron llenar ese gran vacío en su vida. Le demostraron que nuevamente podía confiar, que estarían siempre apoyándolo, a pesar de las dificultades que todos pasaron, se mantuvieron unidos.

Más la sonrisa se borraria rápidamente de su rostro, por eso mismo es que se había mantenido completamente alejado de ellos, por su seguridad, sabiendo el grave peligro que tuvo de perderlos en su enfrentamiento ante el Ryodan. No se perdonaría jamás si algo llegaba a pasarles por su culpa. Por eso mismo es que había mantenido el contacto al mínimo, no quería volver a pasar por el sufrimiento de ver perdida su familia de nuevo. Estaba consciente que era un carrera que debía de hacer completamente solo. Un poco de esperanza renació, la esperanza de reencontrarse al fin con sus queridos amigos, y vivir una vida normal

  - Ojalá pronto acabe ésto-Dijo en sus pensamientos

Estaba sumergido en eso, cuando el celular que  llevaba consigo comenzó a sonar, lo sacó de su bolsillo, y su expresión cambió radicalmente a una de incertidumbre al reconocer el número y manera de escribir el mensaje. 

-♥️Hola, ¿me recuerdas?, necesito hablar seriamente contigo ♠️.

Sabía dentro de sí, que para que ese psicópata lo contactara, era porque algo realmente malo había sucedido.

  - ¿Qué quieres Hisoka?- Contestó en su mensaje

Muchas cosas pasaron por su mente en ese instante en que envió el mensaje, y la respuesta se le hizo eterna al kuruta.

  - ♣️Tengo información del Ryodan, ¿te interesa? ♠️ - agregó el asesino

Sus ojos que ya se estaban normales, se tornaron escarlatas nuevamente al leer dicho mensaje

  - Si, veamonos en York Shin - escribió fríamente el rubio.
-Talvez esto termine más rápido de lo que pensé- Agregó para sus adentros... El Vengador Escarlata.

EL VENGADOR ESCARLATA Where stories live. Discover now