Unica Parte.

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Una calurosa tarde de verano, provocaba que las personas se rehusaran a salir de sus frescos hogares, que bajo el buen funcionamiento de sus aires acondicionados, eran resguardados de la fuerte temperatura del mundo exterior. Esta acción de ocio a menudo se confundía con las genuinas costumbres de algún ermitaño, que bajo causas absurdas se privaba a sí mismo de la interacción con su entorno y el mundo. Las vacaciones de verano serían difíciles.

Mina Ashido ya estaba haciendo sus maletas para trasladarse a la casa de sus padres y así disfrutar de su largo, y con suerte, divertido descanso de la gran cantidad de estrés que la escuela y los villanos despertaban en ella. No quería llevarse consigo muchas cosas puesto, que algún día volvería a su dormitorio al concluir las vacaciones. Pero en su adolescente mente todo parecía ser necesario para preservar su existencia. Las numerosas prendas y accesorios no entraban en su maleta por más fuerza que implementara a la presión de ésta. Optó por subirse sobre la tapa para aumentar la efectividad de sus intentos.

—Ya está —exhaló aliviada pasando su muñeca por su frente—. ¡Ay! —chilló cuando la maleta volvió a abrirse, esta vez con la fuerza y velocidad suficientes, para lanzarla hasta atestar contra la pared. Se sobó la cabeza cerrando un ojo, ya intuía el posible bulto que le saldría en la frente.

Sintió otro golpe, esta vez en la coronilla de la cabeza, y decidió apartarse de la pared antes de volver a ser atacada. Miró con detenimiento que se había caído un cuadro que mantenía colgado, a causa de la sacudida que recibió la pared. Sonrió un poco al ver ilustrados a todos sus compañeros y maestro en aquel campamento, mismo donde les había sacado la foto discretamente. Los vívidos recuerdos de todas sus aventuras que habían compartido hasta ese entonces, se manifestaron a modo de alegría al revivirlos en la pantalla de sus recuerdos, a ellos y a los sensacionales Quirks que cada uno poseía. Eran fantásticos y dignos de los héroes en los que algún día se convertirían.

Soltó una risita burlándose de la cara de Mineta. La foto la había tomado en el momento menos oportuno para él, por lo que mantenía una expresión bochornosa y cómica para sus ojos.

Tanto tiempo haciendo sus deberes le había dado sed. Con determinación se puso de pie y salió de su habitación —no sin antes ponerse dos banditas curativas en la frente— y se dirigió a la sala de estar, donde ya se encontraban algunos de sus amigos. Los varones sentados plácidamente sobre el sofá, mirando el televisor o charlando entre sí, y sus amigas Momo, Jirou y Ochako se habían apoderado de la mesa junto la cocina para esparcir el chisme más reciente que hubiese llegado a los oídos de alguna.

Ashido aún pensaba en los recuerdos que haber visto aquella foto le despertó. Deseó que incluso en el futuro, cuando todos ellos fuesen héroes profesionales y reconocidos, pudiesen mantener intacto ese lazo de amistad que habían formado. Sería lindo un día reunirse todos y hablar acerca de los días que en ese entonces estaban viviendo juntos en la UA. Incluso le gustaría que —el ahora ausente— Mineta estuviera ahí. Su simple presencia era graciosa con sus lloriqueos y parloteos incluidos.

Y así sin más, fue cómo nació la siguiente pregunta: ¿Cómo fue que Mineta pasó el exámen de admisión?

Siendo sincera con ella misma. Era consciente de que el exámen práctico había sido sumamente difícil, y Mineta no tenía un Quirk muy... Útil.

Tampoco era valeroso ni atrevido. Al menos no en el ámbito que se requería.

Y aunque en el exámen escrito existiese una ínfima posibilidad de influir descomunalmente, casi monstruosa, en el exámen práctico. Mineta no daba a la talla de ser un afortunado poseedor de una brillante mente como su amiga Momo. De hecho, había demostrado en varias ocasiones ser con exactitud lo opuesto a eso.

¿Cómo Rayos Mineta Pasó El Exámen De Admisión? [One-shot]Where stories live. Discover now