El taller

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"Te rehusaste al estereotipo de abuela antigua,
pero te acercas peligrosamente al extremo opuesto..."

  Sentada en el taller, aspiró el óleo y pensó que, aún habiéndolo olido toda la vida, acá olía mejor que en París o Estocolmo. "Debe ser por el aire marino", se dijo, para evitar pensar en que probablemente era por una nostalgia de vieja chocha.

  Miró por la ventana sin observar el paisaje, sino más que nada tomando el sol. "Soy una tonta", pensó, "tanto que me esforcé toda mi vida por ser una mujer libre, y siempre me contuve aún más que lo que la sociedad hizo conmigo". Tocó con su paladar lentamente el punto de su lengua en el cual, hace no muchos años, solía haber un piercing.

  "Soy una vieja tonta"

  "Pero no hay que engañarse", prosiguió, "me sentí tonta antes siquiera de llegar acá", se dijo en voz baja mientras se recostaba en el piso de madera. "Me sentí tonta porque me sentí igual que a los 25".

  Paró, e hizo mentalmente la mímica de lo que hacían los programas antiguos de la tele al representar flashbacks, riéndose de la absurda asociación. "Me siento igual de tonta porque en ese momento tampoco sabía exactamente que quería hacer aquí". Paró de nuevo y pensó en la sensación de frío en su cara que tuvo al bajarse del bus sólo con lo puesto, con la convicción fuerte pero vaga de venir a ayudar. "Tal vez quiero hacer lo mismo que esa vez..."

 "Tal vez por eso siempre rechazaste los premios y condecoraciones"
 "Tal vez por eso siempre hubo una sombra de culpa escondida detrás de tus pinturas, por mucho que intentaras convencerte de que estabas haciendo lo que querías, de que estabas cumpliendo tu sueño."
  "Tal vez por eso te escapaste de la embajada, y tomaste el primer vuelo a Chile"

  "Tal vez el destino si era más fuerte que los sueños", pensó, y se sorprendió al ver lo extrañamente cómoda que se sintió con haber llegado a esa conclusión. "Renuncié a la beca estatal sólo para venir a cagarme de hambre y frío con unos completos desconocidos", se dijo, y luego sonrió. "Igual que esa vez"

  Se paró al darse cuenta de lo tarde que era. "Total, ¿Qué es el maravillar a miles comparado con inspirar a uno?" Pensó riéndose de lo tonto y cliché que sonaba, mientras ponía los quince puestos alineados, con su hoja y lápiz cada uno.

  Dieron las cinco, tocó la campana, y tras unos segundos, sonaron varias pisadas tras la puerta.

  Se sintió en casa.

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⏰ Last updated: Mar 04, 2015 ⏰

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El tallerWhere stories live. Discover now