En su tiempo

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¿Se han preguntado alguna vez si estamos solos en el universo? Realmente no lo sé, lo que si les puedo asegurar es que estamos solos en esta vía láctea. Hace ya muchos años, gracias a mi trabajo pude viajar a algunas zonas que ustedes sólo han visto en sueños y películas, lo que descubrí no fue nada agradable, sólo una huella en la historia con un mensaje desalentador.

Hace muchos años fui astronauta, no sé si describir esa época como la mejor o la peor de mi vida, aunque si me piden una decisión diría en este momento que fueron los peores años, ya que yo pertenecía a un grupo encargado de analizar y explorar los planetas buscando vida en ellos, y en caso de no existir vida, averiguar si se puede vivir en ellos. Fueron malos tiempos, ya que como los planetas quedan lejos y para ir al más cercano transcurren cinco años, perdí a mi familia y a mis amigos, ahora todo lo que tengo era mi equipo de exploración.

Pero lo interesante no es mi vida, es lo que descubrí en uno de mis viajes. Mi equipo fue enviado a Marte, pues para la época se decía que allá había vida y por el rostro de Marte que no resulto ser más que una montaña la cual viéndose desde arriba da la alusión de un rostro, creían que eran seres inteligentes tratando de comunicarse con nosotros.

Al llegar, además de darnos cuenta de que estaba deshabitado, nos percatamos que era completamente seco, es decir, no puede haber vida en ese sitio. Desanimados mis compañeros volvieron a la nave a descansar. Yo, sin perder las esperanzas, me adentré un poco más al planeta. A punto de rendirme pues a lo largo de mi caminata no veía nada más que rocas. Después de tanto andar, agotado me senté cerca de lo que parecía una piedra, me le quedé viendo extrañado pues tenía una forma muy rara, al verla más detenidamente me di cuenta que tenía una especie de inscripciones talladas, ¡no podía ser!, no podía creerlo, pero si, eran letras. Emocionado por mi descubrimiento llamé a mi equipo y empezamos a desenterrar la piedra. Al final resultó ser un muro que nos relató una historia.

Resulta que hace millones de años el planeta Marte estaba habitado por una especie inteligente que, después de vivir durante varios millones de años, abusaron de los recursos del planeta provocando el fin de este. Pero había más, ya era tradición de esta especie ir de planeta en planeta evolucionando, construyendo y destruyendo planetas hasta dejarlos tan desolados como Marte, cuando destruían el planeta se mudaban al siguiente más cercano, cada uno de los planetas en la vía láctea habían sido habitados y destruidos por esta especie que pareciera traer el apocalipsis consigo. Pero al seguir analizando nos dimos cuenta de una información muy importante, tal vez el mayor descubrimiento en la historia, nosotros los seres humanos somos los descendientes de esa raza, esa especie se mudó a la tierra hace ya millones de años. Fue cuando me di cuenta que nosotros somos creadores del fin, somos los destructores de todos estos planetas, estamos solos porque destruimos todas las posibilidades de condiciones de vida en los otros planetas. Levanté la mirada para observar a nuestro planeta, la Tierra, tan hermosa, azulada y girando en sí misma como un inocente niño, imaginé en los países que desde esta distancia no eran más que manchas que se perdían en la infinidad del espacio como dentro de esa esfera que se ve tan pura existe gente violando, planeando guerras, robando, matando, somos la plaga de los planetas, somos la ruina de la galaxia, tal vez nos merecemos la extinción, tal vez merecemos que se nos acaben los planetas. 

En su tiempoWhere stories live. Discover now