Capitulo 1. Guitarras al son de la hoguera

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Amaia se levanta con el sonido de la alarma. Eran las 9 de la mañana de un sábado de principios de verano. Normalmente se hubiese quedado dormida hasta tarde pero hoy no era el caso. Al haber terminado los estudios le sugirió a su madre ir a un campamento musical ese mismo verano. Al principio no estaban muy convencidos porque querían que Amaia comenzase una carrera "de verdad" en la universidad, pero su talento para la música no podía desperdiciarse. Asi que ese día, tuvo que madrugar para coger el autobús que la llevaría al Campamento Triunfo, situado en algún lugar de los Pirineos.

Se puso su pañuelo de colores en el cuello, ya que aunque fuese verano, en la montaña siempre hacía fresco por la noche, e intentó cerrar la maleta que estaba a rebosar al lado de la cama.

- Amaia, ¿no has recogido la maleta?- le preguntó su madre, Javiera.

- Ay mamá, lo siento jo es que ayer me quedé dormida.

- No puedes llevar la ropa tan arrugada, Amaia.

- Lo sé, lo sé, lo siento pero ya voy a llegar tarde.

- Prométeme que vas a tener la ropa ordenada en el campamento.

- Sí sí.

Amaia abrazó a su madre y salió de la habitación con la maleta detrás, sabiendo que no iba a cumplir con la promesa que le acababa de hacer a su madre.

Bajó las escaleras de su casa tropezando y al llegar a la cocina, cogió la bolsa con toda la comida que su madre le había preparado para el viaje, y que probablemente se tomaría nada más sentarse en el autobús ya que no le iba a dar tiempo a desayunar.

- Me voy ya, papá

- Deja que te acompañe a la puerta, princesa.

- No hace falta papá.

- ¿No me vas a dejar despedirme de mi niñita?

Amaia era la pequeña de tres hermanos, y su padre, Ángel, siempre la había tenido muy protegida. La llamaba princesa porque cuando nació, tenía carita de princesa. Amaia quería mucho a su padre, y no pudo negarle salir a despedirla. Menos si la miraba con esa carita.

- Está bien. ¿Y Ángela?

- Ángela está en la universidad. Ya sabes que tiene papeles que rellenar al estar ya licenciada.

Ángela era la hermana mayor de Amaia y para ella era como su mejor amiga. Le importaba mucho su opinión y fue ella quién le aconsejó acudir al Campamento Triunfo ese año porque, quién sabe, a lo mejor le cambiaba la vida.

Ángel ayudó a Amaia con la maleta y corrieron a la esquina desde dónde salía el autobús con destino a los Pirineos. Era la única que llegaba desde Pamplona, así que tendría que ir sola durante todo el camino, pero a Amaia no le importaba, tenía una playlist recién hecha en Spotify para el viaje de unas dos horas.

Amaia subió al autobús, se sentó en la parte delantera al lado de la ventana, porque solía marearse, y se puso los cascos. Estaba nerviosa pero algo dentro de ella le decía que eres viaje iba a cambiarlo todo.

· * *

Tras casi cuatro horas de viaje, porque una vez el autobús la dejó en la última parada tuvo que encontrar otro transporte que le llevase al Campamento y se perdió por el camino, Amaia llegó a las puertas del Campamento Triunfo. Podía ver cómo, un par de metros por delante de ella, había grupitos de gente que ya empezaban a socializar.

Bajo el cielo del campamento.Where stories live. Discover now