Prefacio

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A veces canto, y otras susurro himnos de guerra. A veces, juego a ser pájaro y doy vueltas por los cielos. Me enredo en las brisas, me zambullo en las nubes, aleteo con todas mis fuerzas para ver si alcanzo el sol, me dejo caer de espaldas y agarro vuelo de nuevo a centímetros del suelo. Otras, me disfrazo de pirata, y salgo a enfrentar mis miedos. Chocamos espadas, nos lanzamos comentarios sarcásticos, nos herimos con el filo. Casi nunca gano, pero ya le estoy agarrando la mano. Algunas veces, tengo sueños raros. Me hablan distintas voces, me cuentan chismes, me hacen burla, me llevan de paseo. Otras, me acuesto en el pasto y cierro los ojos. Apoyo las palmas sobre las plantitas, y me imagino siendo parte de la corteza que llamamos terrestre. Me imagino raíces creciendo de las puntas de mis dedos, hundiéndose en la tierra y entrelazándose con otras raíces, volviéndose parte de un todo. Me imagino compartiendo latidos con todas las plantas del mundo, me imagino siendo un helecho en la India o un ficus en el jardín de mi tía.

A veces...no se rían, a veces...escribo cosas. Tengo un diario, algo maltrecho, donde anoto todo lo que pasa de forma alborotada y sin orden alguno por mi cabecita. Lo guardo con mucho celo, temerosa de que alguien lo lea. Lo que no tiene sentido, porque después es de ahí de donde saco material para mis cuentos y poemas. Pero como la gente no sabe eso, no me da miedo compartir mis disparates. Cuando se lo muestro a alguien, me siento como una niña mostrando un dibujo solo compuesto por líneas de colores que no forman ninguna imagen definida. Cuando alguien me dice que le gusta, me siento Borges. No me malinterpreten, tengo un ego delicado que se infla con facilidad, pero que al final del día es inofensivo.

Así que los invito a que se paseen con libertad, las fotos con flash no están permitidas. Pueden quedarse el tiempo que quieran, y marcar citas si gustan. Eso sí, solo con lápiz. Mi canto es simpático y muy sociable. Si lo ven por ahí, no duden en acercarse a decir "Hola". Si se encuentran con mis susurros de guerra, no les teman. Son muy tímidos, y se asustan con facilidad. Les tienen más miedo a ustedes, que ustedes a ellos. Si extienden sus manos y se quedan muy quietos, puede que entren en confianza y dejen que les acaricien la cabeza. Ojo nomás con los movimientos bruscos o ruidos altos, se inhiben muy rápido y después me cuesta mucho encontrarlos.

A veces hago locuras. Me paro con los pies en el borde de un acantilado. Me doy la vuelta y cierro los ojos. Dejo que el viento me golpee en la cara, hasta que siento mucho vértigo y me separo un poco del borde. A algunos les parecerá un despropósito, pero para cuando di ese paso, todo lo emocionante comenzó a ocurrir. Porque es delas cenizas de dónde se crean las mayores bellezas, y para poder crear arte necesito quemar algo hasta las cenizas. Como me da miedo el fuego, quemo miedos. Los enfrento, dejo que me invadan hasta que creo que voy a volverme loca, y luego los supero. Así que, si escuchan mis cantos retumbando por los pasillos, es que gané. Y si se encuentran con mis himnos de guerra, es que se la estoy declarando a algún miedo de esos tantos que tengo dando vueltas por ahí. Cuántos lograré vencer, es algo que no puedo decirles. También escribo a partir de mis derrotas, así que ustedes juzgarán si al final del día soy como Napoleón o como San Martín.    

A veces Canto (y otras susurro himnos de guerra)Where stories live. Discover now