Lectura escarpada

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Saliste del trabajo a las tres de la tarde. Llevas esperando este momento desde temprano, cuando acudiste a la zapatería para cumplir con tu horario laboral.

Lo que alimenta tu ansiedad por salir de ese lugar, no es, como todos pensarían, el saborear las deliciosa comida que te espera en casa de tu abuela. Es algo más, que se remonta a hace tres años cuando obtuviste en la librería, el primer ejemplar de una trilogía que ha logrado convertirse en algo más que un simple entretenimiento, para formar parte de muchos cambios en tu vida.

Durante esos tres años, que para ti han significado todo un reto a tu paciencia, haz podido seguir de cerca, los pasos de una princesa, a través de su triste y ajetreada historia. Te haz visto reflejada en su carácter y haz sido participe de sus decisiones. Compartiste, su amor, su dolor, su duelo.Aprendiste los hechizos, las frases que te ayudarían a superar tus propios retos fuera de la fantasía. Convertiste tu habitación en un santuario y rendiste pleitesía a cada uno de sus amigos muertos, en un guerra, que apenas se fraguaba a la mitad del segundo libro.

Pasaste todo el fin de semana aferrada al tercero, devorando su contenido, reduciendo al mínimo cualquier necesidad básica, corriendo hacia el tan esperado final. Tu carrera no fue tan rápida como esperabas.

Llegó el maldito lunes, ese día que solo pudiste haber odiado en un momento como este. Tuviste que esperar, trabajar y temblar como adicto en recuperación, esperando tu droga y ahora, por fin está en tus manos.

No esperarás a llegar a tu casa, a pesar de estar a pocas cuadras; la necesidad de culminación es mas fuerte que el instinto de seguridad y supervivencia ante unas calles tan agitadas y en horas pico.

Ya calculaste el tiempo de lectura contra la distancia, es perfecto. Cada bache, esquina, semáforo,cada persona en su recorrido común han sido medidos y colocados en tu mapa mental. Tienes ya trazado el camino a seguir.

El texto se vuelve tu centro. Su fuerza de gravedad te hace girar a su alrededor y tu vista se mantiene pegada solamente al papel, siguiendo las palabras mientras te desplazas por el camino a través de un mundo al que ya no perteneces.

Haz alcanzado el declive de la narración; avanzas por un texto escarpado de tensión e intriga que van en aumento. Persigues la preciada cúspide donde todos los secretos serán revelados, donde el mal al fin caerá; donde ese villano al que tanto te han convencido de odiar, por fin recibirá el castigo por tantos muertos. Tus lagrimas, por fin serán pagadas.

Ni siquiera el claxon el auto que ha estado a punto de atropellarte ha logrado sacarte de tu trance. La gente en la calle advierte tu presencia y prefieren cederte el paso ante tu inamovible trayectoria sin recibir, siquiera, un "gracias"de tu parte.

Tus emociones están en el máximo permitido por tu biología; tu corazón trabaja a marchas forzadas mientras tu cerebro intenta recrear la escena al tiempo que, trata de mantenerte sana y salva en tu camino a casa.

Ha llegado el momento.

La protagonista, la princesa, tu entrañable amiga y confidente, levanta su espada para dar el golpe de gracia ante un villano suplicante y ahora indefenso. Puedes ver el miedo en el interior de sus ojos siniestros. Buscas el ángulo perfecto para poder apreciar la escena en cámara lenta de la espada cayendo hacia su destino.

El golpe cae, mas no de la espada.

He sido yo, que distraído he chocado contigo, te he sacado de tu balance, de tu trayectoria y he arruinado tu concentración.

Buscas con desesperación la línea donde dejaste de leer; te aferras al cúmulo de emociones para evitar que se disuelvan. Demasiado tarde. Cuando logras ubicarte en el párrafo ya todos tus niveles han vuelto a la normalidad.

Me dedicas una mirada asesina que choca con la imagen de mi espalda alejándose.

 Perdona si no me he vuelto para disculparme, yo también estaba alcanzando la cima.

Lectura escarpadaWhere stories live. Discover now