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Prefería pensarlo como sus amigos decían, algún complejo de hermano. Prefería pensar que era demasiado sobreprotector con Yeontae. Prefería pensar en que lo creía demasiado para cualquiera. Pero realmente lo único que pensaba es que esos preciosos labios rosas eran demasiado perfectos para cualquier ser humano; en que la imagen de verlo dormir era sólo suya, teniéndolo a su lado todas las noches porque aunque fuera mayor que él (por algunos meses) seguía teniendo pesadillas; que su suave piel solamente había sido tocada por él cuando quería un abrazo en las noches de frío. Se sentía un enfermo de alguna forma, pero su cerebro se intentaba conformar con que eran medio hermanos. No le gustaba perderse tanto en la boca de Yeontae cuando simplemente hablaba, observar detenidamente la lengua que recorría sus labios, concentrarse en las manos que usualmente recorrían nerviosamente sus muslos, los dedos delicados que agarraban su brazo cuando estaban caminando, amar el brillo que siempre tenía en sus ojos... Estaba realmente perdido.

-Youngdoo, ¿pasa algo? -le preguntó Yeontae a su lado en la biblioteca de la universidad, agarrando su mano con preocupación.

-No Tae, estoy bien -contestó con una sonrisa cansada sosteniendo con la mano libre el antebrazo de su hermano.

-No me mientas -musitó con el ceño fruncido-. No soy tonto, algo te ocurre desde hace algunos días...

"Las ganas increíbles que tengo de besarte, eso es lo que me pasa desde hace tiempo" pensó mordiendo su labio inferior.

-No te miento...

-¿Sabes? Acepto muchas cosas, pero no me gusta que me mientas -dijo levantándose de su asiento con el ceño aún fruncido-. Hasta le pregunté a Jinsubie si te pasaba algo y él no quiso decirme. Doha igual. ¿Qué te pasa?

Yeontae se quedó callado unos momentos esperando una respuesta que Youngdoo no estaba dispuesto a darle. Cuando vio la mirada de decepción de su hermano abrió la boca, pero la palma de Yeontae en su dirección lo calló completamente.

-Entonces no me digas nada -murmuró agarrando su campera del respaldo de la silla y yéndose, caminando rápido y con pasos fuertes.

Realmente lo había hecho enojar, otra vez.

Dejó escapar un gruñido de enojo consigo mismo y se levantó rápidamente, agarrando su campera y la bufanda obviamente corriendo en busca de su hermano que probablemente no había llegado muy lejos. Yeontae tendía a llorar cuando estaba enojado con él y lo que menos quería era que alguien se acercara a su hermano en ese estado. Nadie podría ver sus lágrimas, nadie estaba capacitado para consolarlo, nadie tenía derecho. El sólo pensamiento de alguien limpiando las lágrimas de Yeontae había hecho que sus pasos aumentaran el ritmo, encontrándolo rápidamente sentado detrás de una columna tapando su rostro con sus manos. Como se temía, en frente de él había un chico agachado intentando ver el rostro de Yeontae.

-Tae -dijo suavemente, llegando a su lado y poniéndose a su altura. Abrazó el pequeño cuerpo de su hermano, quien le correspondía el abrazo algo forzado, pero aún así estaba entre sus brazos y eso tranquilizaba a Youngdoo-. Lo siento mucho -susurró en su oído, acariciando suavemente la espalda de Yeontae.

-¿Quién eres? -le preguntó el extraño a lo que Youngdoo levantó la ceja incrédulo.

-Eso debería preguntártelo yo a ti, ¿no crees? -el otro chico lamió sus labios incómodo y Youngdoo pegó más al delicado cuerpo de Yeontae contra el suyo-. Soy su novio -casi gruñó hacia el otro chico, ignorando la mirada confundida que le daba Yeontae entre sus brazos. El extraño rápidamente se fue y cuando Youngdoo no lo vio cerca dejó que Yeontae sacara su rostro de su cuello. Con sus pulgares secó las lágrimas de su hermano y acarició su mejilla afectuosamente.

kill this love ◇ dootae/jitae (in2it)Where stories live. Discover now