Niñera.

609 84 19
                                    


Tenía tan solo 15 años cuando todo esto ocurrió.

Una tarde recibí una extraña llamada, nada nuevo he de admitir.

Un hombre me pedía ir a cuidar a sus dos hijos.

Era su aniversario y lo que más desea era llevar a su esposa a bailar y cenar.

Algo romántico en mi opinión.

Así que acepte.

Después de todo ese era mi trabajo.

Me gustaba cuidar niños, además eso ayudaba mucho a juntar dinero.

Mis padres no tenían mucho que darme, pero eso no importaba, yo era feliz con todo lo que tenía.

Sin más rodeos, tome mi mochila y mi celular y me presente en la casa.

Una casa muy tranquila y pintoresca.

El señor se presentó como el doctor Trager, a su esposa no la vi.

Dijo que ella lo esperaba en el restaurante, y que sus dos angelitos se habían quedado dormidos.

Sus instrucciones fueron claras, solo debía ir a ver que no se despertaran en medio de la noche, ellos tenían el sueño pesado pero de vez en cuando podían pedir algo de tomar.

No me darían ningún problema.

Me dio entonces dinero para una pizza, y menciono que podía ver la televisión si lo deseaba.

Yo agradecí y lo acompañe a la puerta.

El subió a su auto y se marchó.

Yo subí a ver a los niños, y tal y como menciono dormían tranquilamente.

O eso note, ya que por miedo a despertarlos no prendí la luz.

Fue así que decidí seguir la sugerencia del doctor, tome mi celular y llame por una pizza de peperoni, mi favorita por cierto.

Me senté en el enorme sofá y comencé a buscar una película para ver.

Nada interesante.

Así que después de 45 minutos subí a ver a los niños.

Pero al abrir la puerta lo primero que note fue aquel enorme muñeco.

Tétrico entre la oscuridad.

Vestido con un chaleco azul y un moño a juego.

Con una sonrisa que daba miedo.

Casi temblando me acerque hasta la cuna de la bebé, quien dormía de lado.

Acaricie sus cabellos y regrese a la sala.

Los niños al parecer dormirán el resto de la noche.

Trate de concentrarme en una vieja película en blanco y negro.

Pero la imagen tan tétrica de ese muñeco aun me asustaba.

Esa sonrisa tan aterradora.

Al menos estuve otros 30 minutos pensando en él.

Antes de tener que volver a ver a los niños.

Mientras subía su celular sonó.

Al principio le asusto, pero rápidamente contesto.

-hola compañero ¿Qué tal todo en casa?-

-doctor Trager, todo bien sus hijos aun duermen-

-supuse que así sería-

-espero que usted y su esposa la estén pasando bien-

-todo excelente hasta ahora-

-señor puedo pedirle un favor-susurro mientras entraba en la habitación de los niños-podría cubrir el muñeco que tiene en el cuarto de sus pequeños, la verdad me pone un poco nervioso-

Un silencio enorme se apodero de la línea.

Mientras él se acercaba a la bebé.

Pero entonces noto algo extraño en ella.

No se movía, ni respiraba.

Seguía en la misma posición que antes.

-sabes hay algo que debo decirte-logro escuchar entonces-yo no tengo un muñeco...ni tampoco hijos-

Aterrado levanto a la bebé.

Descubriendo una muñeca pequeña.

Luego corrió hasta el niño, donde también había un maniquí.

-espero te diviertas esta noche compañero-se burló antes de colgar.

Un fuerte agarre en su cadera lo inmovilizo.

-nos divertiremos mucho esta noche Darling-fue lo último que escucho.

El pañuelo en su boca no le permitió gritar.

Pero estaba seguro que era el motivo de que tuviera tanto sueño.

*

*

*

Tres meses han pasado desde la última vez que supe algo de Waylon.

La policía ha dado por perdido el caso gracias un maldito rumor.

Dicen que Waylon escapo de casa con su novia para comenzar una vida juntos.

Lamentablemente nadie en este jodido pueblo desea escucharme.

Waylon es gay.

De eso estoy más que seguro.

Él nunca ha tenido una novia.

Por ello no entiendo porque los padres de él se niegan a escucharme.

Es como si todos en este pueblo desearan olvidar a Waylon.

Pero yo no.

Yo pienso encontrarlo.

Y gracias a una pista, ahora estoy más que seguro que mi amigo está vivo.

Si tan solo no tuviera tanto miedo de ingresar en esa aterradora mansión.

Es el único lugar en el que mi amigo podría estar.

Pero la mansión del difunto doctor Trager, podría llevarme a un destino igual o peor al que debe estar sufriendo mi amigo.

*

*

*

Dormido en una enorme habitación.

Yace el inmóvil cuerpo de un chico rubio.

Vestido con un elegante camisón, y rodeado de miles de muñecas.

Todo esto mientras es observado desde aquella mecedora.

Por un hombre de ojos azules, que viste un chaleco azul con un moño a juego.

Quien solo sonríe al ver a su esposa y sus hijos.

-dulces sueños Darling-

En la oscuridad.Where stories live. Discover now