Perdón

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Muchas chicas emocionadas observaban al bello rubio que revoloteaba por los pasillos de la escuela. Por su uniforme sabían que no era de allí.

En el comedor todos comentaban sorprendidos la altura del chico que comí dulces y miraba a todos lados como si buscara a alguien.

Por los jardines unas chicas se asustaron cuando vieron pasar a un moreno alto con un uniforme diferente corriendo y mirando alrededor.

Los salones de primero fueron visitados uno a uno por un chico de cabellos rojos que a simple vista se veía como alguien de la élite.

Parecía que toda Seiren estaba invadida por sujetos extraños en busca de algo con desesperación.

En otro lugar del colegio y sin darse cuenta que era la causa de todo el movimiento.

—Kagami-kun intenta no quedarte en las nubes mientras la entrenadora da las órdenes.

—Si, si... Ya lo sé Kuroko.

Diariamente tenían prácticas intensas, en la mañana y en la tarde. Las fechas especiales se acercaban con rapidez y Riko quería que entrenaran lo mejor que pudieran antes de vacaciones. La sombra y la luz de Seiren estaban tan concentrados como de costumbre a pesar de la hora y el frío de invierno. Intercambiaban algunas palabras haciendo más ameno el entrenamiento espartano.

El gimnasio era quizás el lugar más agitado en pleno invierno. Los pasos, pisotones, rechinidos, golpes, dribles, alientos se condensaban en remolinos de ruido que subían hasta ensordecer el mundo exterior. Haciéndolos olvidar que detrás de esas puertas cerradas la siempre refrescante secundaria continuaba a su ritmo.

La concentración de todos, duro hasta que un inminente golpe resono en el gimnasio y por las puertas dobles se vio llegar cuatro figuras familiares. Dejando a todo el equipo en "shock".

¿Qué hacían allí, tantos miembros de la Kiseki?

—Akashi-kun, Murasakibara-kun, Aomine-kun y kise-kun. ¿Qué hacen aquí? — preguntó anonadado al verlos.

— ¡Kurokocchi!

— ¡Kuro-chin!

— ¡Tetsu!

— ¡Kuroko!

No fue planeado pero sin duda todos tuvieron la misma idea para mala suerte del confundido número 11.

Kagami sorprendido, camino hacia ellos e intento preguntarles el porqué de su visita sin embargo fue ignorado de lleno. Ninguno tenía tiempo suficiente para desperdiciarlo en Bakagami.

Aomine sin dejar de mirar mal a sus ex-compañeros corrió por su presa, intentando tomar la delantera pero ninguno se quedó atrás. Atraparon entre todos al peli celeste abrazándolo y casi asfixiándolo.

—Pueden explicarme que hacen aquí... Y suéltenme por favor.

Hacía mucho no sentían la calidez de su pequeño ex-compañero. Querían ser perdonados. Volver en el tiempo a aquella manera de ser cuando aún era un equipo, cuando aún se comportaban como los mejores "amigos".

Murasakibara lo abrazaba por la espalda mientras apoyaba la barbilla en su cabeza (cosa que lo enojaba). Aomine lo abrazaba por un costado mientras que Kise lo jaloneaba del otro al tiempo que ambos decían el nombre del contrario con rabia. Akashi estaba al frente más que abrazarlo solo le tomaba la mano de manera tierna dando una leve sonrisa.

—Tsk... Se suponía que iba a venir hoy para tomar delantera. Aunque todos tuvimos la misma idea ¿No? — preguntaba con molestia el moreno.

—No te dejare a Kurokocchi ¡Estúpido Aominecchi!

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