Capítulo Único.

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Suspiró de nuevo, llenándose del calor que él otro transmitía, cansado...


¿Hasta qué momento seguiría jugando a esto?




Tocó su cabello, castaño como él chocolate que tanto le gustaba comer durante los almuerzos.



Idiota..., pensó.



Sintió él cuerpo a su lado moverse; "Shuu... No pasa nada, sigue durmiendo". Susurró sobre su cabeza.



¿Cómo es que un chico tan problemático como él se había ganado a alguien así? Tan bello, tan perfecto.





Oh... Na Jaemin.





Cerró sus ojos, aferrándose un poco más al cuerpo que ya abrazaba con fuerza. Dejó escapar unas cuantas y pesadas lágrimas, le sonrió con tristeza a la nada.





Fue en cuarto semestre de la preparatoria cuando lo conoció.



"Revoltoso" pensó.



No.



"Idiota" corrigió.



Eso pensaba Renjun de él, definitivamente no quería a alguien así cerca.

Sin embargo él destino le hizo una buena jugada. Desde el día en que Jaemin entro al salón de clases y lo vio así, acabado, destrozado, patético.

Porque esas eran las palabras correctas, sus lágrimas reflejaban su alma a la perfección.

Pero Na Jaemin no hizo nada, lo miro más de lo debido, haciendo que esté se sintiera avergonzado. Jaemin no rio, no se movió. Cambió su expresión de sorpresa por una de sincera compasión. Le sonrió y se acercó.

Se apoyó en la fría pared y se deslizó, tomando asiento junto a él. Con cuidado guío la cabeza contraria adornada por largos cabellos cenizos, lo recostó en su hombro.



"Llora", le ordeno con amabilidad.



El cenizo dudoso se dejó envolver, obedeciendo siguió con su tarea, ahora más fuerza.

Na Jaemin, tenía todo poder sobre Renjun. Era su dueño, todos lo sabían menos él.

Renjun siempre lo miraba de forma ambiciosa, como si estuviese dispuesto a recibir una bala por él. Porque estaba enamorado de aquel ángel, su sonrisa, su voz, su simple existencia.

Se enamoró de la persona de quien juro jamás acercarse. Él alocado y travieso Jaemin. Quien velo sus lágrimas aquella tarde en el salón de clases.





Oh Na Jaemin... Si tan solo supieras.





Pasar 3 años a lado de alguien era un lío, incluso más si se trataba de gente tan inestable como ellos. El primero fingiendo estar completamente bien, estancándose en sus mentiras. El segundo ahogándose en las falsas ilusiones que su mente le otorgaba.

Sin embargó eso nunca los detuvo, no hasta que todo pasó.





Salían con sus amigos, se divertían. Constantemente recibiendo miradas de los demás sin siquiera notarlo.

Porque eso eran, Jaemin y Renjun consistían de eso, miradas cómplices y secretos.

Recibiendo contantes regaños por parte de sus hyungs. "Por dios aquí no" y "Consiganse un hotel" normalmente provenientes de Mark.

Yendo a cualquier casa de sus amigos a tomar, a drogarse. Riendo cada vez que Jeno o Jisung vomitaban después de ingerir tanto.

Bailando al compás de la musica, gritándose en la cocina. Peleando en el patio trasero para después callarse a besos.





Oh... Na Jaemin, ponías su mundo de cabeza sin querer hacerlo.





Soltó un jadeo, lleno de dolor, de desesperación. Suspiró de nuevo, intentando encontrar su olor, ese que lo volvía loco, vainilla y lavanda.

Intento sujetar su cuerpo con más fuerza, pero no pudo. Abrió los ojos y grito con dolor.





No había nada ahí.






Oh Na Jaemin... ¿Por qué lo hiciste?





Se sentó en la cama, "Jaemin, Jaemin, Jaemin..." gritaba.


Ese era Renjun desde el día en que Na Jaemin dejo de respirar, él día que lo encontró en la misma cama acostado, con un frasco transparente vacío en su mano.

Renjun era un manojo de alucinaciones y dolor que solo él medicamento adecuado podía calmar, porque no lo salvo. Porque él ni siquiera lo noto.








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⏰ Última actualización: Oct 07, 2018 ⏰

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Missing You // RenMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora