Amigos con derecho a roce - Capítulo 1.

2.5K 104 13
                                    

Mi llegada a esta ciudad, tarde por el maldito sistema de aquel aeropuerto pero no me podía ir peor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Mi llegada a esta ciudad, tarde por el maldito sistema de aquel aeropuerto pero no me podía ir peor.
-Hey nene-llamaron, voltee a observar a un hombre de cabello blanco, llevaba unas gafas de sol, una camisa roja con los cuatros primeros botones desprendidos, unos jeans negros y unas botas marrones, me observaba mostrando una sonrisa bastante coqueta.
-¿Y tú quien eres?-pregunté de mala manera y alcé una ceja, ya estaba de mal humor con todo lo que me estaba sucediendo.
-Sigues siendo el mismo malhumorado de siempre-comentó negando levemente con la cabeza. 
-No tengo tiempo para estas cosas. Dime quien eres o me iré de aquí. 
Se sacó las gafas y mostró sus ojos, eran de un tono celeste grisaceo. 
-¿Acaso me has olvidado?-preguntó divertido y extendiendo los brazos. 
Iba a responder con algún insulto pero me detuve en seco al recordar algunas cosas.
-Dante-nombré, fue lo primero que salió de los labios.
-¡Bingo!-festejó sonriente por acertar, a paso lento se acercaba a mi-tanto tiempo sin vernos-agregó por último extendiendo la mano.  
-Si, tanto tiempo-dije estrechándola con la mía.
A Dante lo conocí en el aeropuerto de ciudad Fortuna. En ese tiempo tenía 15 o 16 años, estaba por irme de viaje, ya que Kyrie y Credo me sugerían descansar por tanto trabajo.
Fue ahí cuando esperaba mi viaje sentado en una banca y él se sentó a mi lado soltando un suspiro, no le di importancia porque estaba pendiente en mis cosas. 
-Día caluroso ¿No?
Lo observé de reojo. 
-Si-respondí secamente y volví la mirada al frente.
-¿Cuantos años tienes?-se cruzó de piernas, apenas fruncí el ceño ¿A qué venía esa pregunta?
-¿Te importa?
Soltó unas risas ¿Qué? ¿Le parecía gracioso a este payaso?
-¿Sabes?Me recuerdas a mi cuando era adolescente-contó con la mirada atenta sobre mi.
-Mira tú...-no se quién es, no me importa y tampoco deseaba hablar con nadie, quería mantenerme al márgen de todo.
-Pero que nene que eres-suspiró ocasionando que volviera a verlo pero con una ceja alzada.
-Pero que vesjestorio que eres-ataqué a lo que rió dándome una palmada en la espalda. 
-Me caes bien nene, me llamo Dante ¿Y tú? 
-Mira, no me importa tu nombre, ni que me parezco a ti de "adolescente" así que déjame en paz. 
-¡Vamos! Que amargado eres.
-Si no te gusta-dije y con los ojos señalé hacia una banca lo más alejada de mi-siéntate allí-y volví los ojos hacia él.
-Te dejaré de molestar con una condición-alzó el dedo índice de su mano derecha en ademán. 
-¿Cuál?
-Si me dices tu nombre.
-¿Y si te rompo la cara mejor?
-Vamos niño rudo, dime tu nombre y me iré de aquí. 
Solté un suspiro rendido, no tenía opciones, quería quitármelo de encima de una vez por todas. 
-Me llamo Nero-dije-¿Ya? ¿Contento? Ahora vete. 
-Nero, nombre de un niño de 15 años ¿Me equivoco?. 
Lo observé alzando una ceja. 
-Vete ahora. 
-Vamos nene. 
-Deja de llamarme así. 
Y por suerte era hora de mi vuelo, me levante de mi asiento aliviado y vi al mismo tipo levantarse.
-Oh que casualidades, vamos en el mismo vuelo. 
Esto es una maldita broma ¿Cierto?
Por suerte no me tocó sentarme cerca o junto a él, al menos me he salvado de ello. 
Ver el cielo despejado y las luces lejanas me traían mucha calma, en verdad necesitaba de esto, un descanso y tiempo para mi sólo. Tras un suspiro cerré los ojos y caí a los brazos del Morfeo.
Había pasado segundos, minutos u horas, no lo sabía pero un suave golpeteo en mi hombre me hizo abrir los ojos con pesadez.
-Hey, bella durmiente, despierta-dijo aquella voz que por alguna extraña razón se me hacia conocida, aclaré la visión y observé que se trataba del pesado.
-¿Otra vez tú?-me quejé frotándome un ojo.
-Ya hemos llegado-avisó-¿Acaso te quieres dormir aquí?
Parpadee dos veces con fuerza. 
-¿Ya?-pregunté con una interrogante. 
-Si-respondió-baja ya. 
¿Tan pronto? No le di mucha importancia, tomé mi bolso y baje, se me hacia extraño el lugar.
-Esto es extraño-comenté al visualizar todo el entorno.
-Si, no se parece en nada a dónde nos dirigimos-comentó Dante a mi lado.
-¿Nos? Eso me suena a manada. 
-Vamos, es bueno tener un compañero de viaje-sonrió alzando las cejas.
-Si, claro-ironicé.  
Después de tantas vueltas descubrimos que el vuelo no era el nuestro, la aerolínea se había equivocado y eso me había enfadado mucho ¿Por qué? Porque mi objetivo principal era "descansar" pero al parecer alguien de allí arriba o de abajo no quiere que sea así.
-Maldición-maldije sentado en una banca de aquel aeropuerto. 
-Hey nene-llamó Dante acercándose con dos latas de gaseosas. 
-Deja de decirme así-gruñí, lo peor era que debía aguantarme a Dante.
-Ten-tras decir ello me lanzó a las manos una lata de gaseosa-no has bebido nada en todo el día.
¿Acaso me está vigilando? No le di importancia a sus palabras, abrí aquella lata de gaseosa y bebí un poco. En parte tenía razón, no había bebido nada en todo el viaje, por los nervios y enfado sentía la garganta seca, en silencio agradecía que me la haya dado, me la bajé toda y a la vez oía al vejestorio hablar de su vida. Su juventud, me daba curiosidad saber cuantos años tenía, ya que no aparentaba ser muy adulto o eso pensaba.
Cada vez que hablaba o gesticulaba lo hacia de manera coqueta, no se si era algo natural suyo o con otras intenciones pero supongo que la primera. Un hombre con tan buen porte que de seguro es rodeado por todas las mujeres que desea.

ᴀᴍɪɢᴏꜱ ᴄᴏɴ ᴅᴇʀᴇᴄʜᴏ ᴀ ʀᴏᴄᴇ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora