"No tienes que decir te amo..."

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—¿Estás seguro de esto?, es una locura. —señaló él castaño a su novio, quien se encontraba sacando una gran mochila desde el fondo del ropero, que ambos compartían.

—Nunca he estado más seguro en mi vida, Taehyung. —respondió el azabache, mordiendo su labio inferior bruscamente. —¿Tienes miedo?

—¿Por qué lo tendría, si estoy contigo?, recuerda que prometí acompañarte siempre en todas tus locuras. —indicó, acariciando la mejilla de níveo chico.

—Te amo. —soltó sorpresivamente, sosteniendo la mirada en él otro. —Gracias por estar siempre conmigo, bebé. —aclaró, tomando por la cintura al mayor hasta atrapar su cuerpo con el suyo.

—Yo también te amo, Jeon. —adosó un sonrisa él de piel canela. —Vamos a hacer esto juntos ahora, antes de que nos arrepintamos. —llevando sus manos por detrás de los hombros del menor.

Sellando así la promesa con un toque de sus labios, sonriéndose sobre los mismos, con el rostro lleno de ilusión latente y con las ganas inmensas de salir a devorar el mundo como siempre lo habían soñado.

Estaba todo calculado, Taehyung iría esa misma tarde a renunciar a su trabajo. Jungkook por el contrario, lo había realizado el día anterior.

Habían ahorrado el dinero suficiente por casi dos años seguidos, se habían conocido en la Universidad, tenían el mismo espíritu aventurero por lo que encajaron perfectamente como piezas de ajedrez, se enamoraron en un pestañeo, como un intenso amor a primera vista.

Se volvieron novios al poco tiempo de conocerse, porque estaban seguros que eran el destinado del otro. Se graduaron luego de dos años, para después emprender al mundo laboral. Habían corrido con éxito, encontrar empleo les fue fácil, desarrollarse profesionalmente fue pan comido. Ambos tenían las suficientes aptitudes y capacidades para manejar el mundo a su antojo.

Un año después y tras un duro y arduo trabajo para la pareja, compraron el departamento, no muy ostentoso pero lo suficiente cómodo. Sus sueldos por encima de la media, les permitía optar para algo mejor, no obstante, ellos jamás fueron de ese tipo de personas, no les iba, porque mientras estuviesen juntos, cualquier lugar era más que suficiente y perfecto.

El pequeño Cadillac llegó cuando cumplieron su tercer año conviviendo, era la joyita con la cual podían regocijarse, siempre fue su tentación de jóvenes, "A lo James Dean" solían decir, tan iguales y distintos a la vez. Incluso fueron la envidia de muchos, pero supieron hacerle frente a quien quiera que se les pusiese por delante.

Dos años atrás había decidido que era tiempo de hacer el viaje de sus vidas, un año sin las comodidades de hogar, sobreviviendo como pudiesen, visitando rincones del mundo y nutriéndose de todo lo que se les presentará en el camino, aquel camino que trazarían con sus pies.

Jungkook no dudó, era el momento justo para hacerlo, tenían las ganas y el dinero, una casa donde llegar y un auto bonito que manejar. La familia vendría luego de que finalizaran el viaje, lo habían decidido, era ese el momento exacto para llenar el lugar con las risas de algún niño o niña, quizás dos, si el dinero se los permitía en el futuro.

—¿Debería llevar esto? —levantó un kit de emergencias frente a los ojos de su novio.

—Puede que nos sirva en algún momento. —levantó sus hombros, Jungkook. —¿Nos queda algo pendiente? —mirando a Taehyung, una vez más.

—Uhmm, no. —respondió dudoso él contrario. —Supongo que después lo sabremos. —sonriendo, achinando sus ojos.

Él menor comienza a acercarse sigiloso, hasta encontrarse de frente con él hermoso castaño que aún sigue dudando respecto a la pregunta anterior. Vuelve a posicionar sus manos sobre sus caderas, posando su rostro en la comisura del cuello del mayor, aspirando el delicioso aroma que emana aquel lugar.

Avellana como sus ojos, deposita un sutil contacto de sus labios sobre la zona, recorriendo hasta terminar por morder el lóbulo derecho de su amante, susurrando al oído palabras que siempre son bien recibidas, independiente de cuanto pase el tiempo, un "te amo" jamás será suficiente para la pareja. —No tienes que decir te amo para decir te amo. Lo sé con sólo mirarte. —sostuvo, Taehyung.

—¿Deberíamos hacer el amor una última vez en nuestra cama? —musita lentamente él azabache sobre el oído del que es por muy poco, más alto. Causando que sus comisuras se eleven en coquetería, recorriendo por su piel suave, descargas eléctricas que lo estremecen por completo.

—Uhm. —balbucea, asintiendo ante el descarado ofrecimiento del amor de su vida.

For Him | KVWhere stories live. Discover now