LUMAX

Un amor no correspondido

Salí de mi habitación a las 8:30 de la mañana como de costumbre, pero esa vez, a la otra punta de los Estados Unidos. Yo, Max Mayfield, había pasado de estado en estado con mi familia. Primero New York, después Springfield, Texas, Atlanta y Los Ángeles, y ahora, Indiana.
Hoy era mi primer día en Hawkins, un pueblo que no tenía mucha fama, y no por su cultura, sino sobre las historias que se cuentan sobre lo que paso aquí hace un año. En mi cabeza solo retumba "La Desaparición de Will Byers" Había sido él, pero también podía haber sido yo, o tal vez otro, todo era cuestión del destino.
Para ese día decidí maquillarme, algo raro en mi. Fui a mi habitación, intentando no pisar las colillas de los cigarros de mi hermanastro. Cuando llegue, me puse un vaquero, y mi chaqueta verde con una camiseta blanca algo apretada y corta. A continuación me dirigí al baño, me peiné, me lavé y me maquille.
- Bueno, la pringada poniéndose guapa para que le vean los frikis del instituto -dijo Billy, mi hermanastro, riéndose al compás con mi padrastro- Algo nunca visto, Max, arreglada. ¿Que has soñado hoy para que te quieres ver guapa? No lo vas a ser igual.
- Vale, dejarme en paz -dije mientras cerraba la puerta- yo hago lo que quiera con mi vida.
Sabia que por decir eso me iban a matar así que salí por la ventana del baño que estaba al lado que la de mi habitación y entré en esta última. Cogí mi mochila y salí por donde había entrado. Cuando estaba en el suelo, corrí por la carretera hasta que llegue al Instituto. Cuando entré, vi a un chico guapísimo. Alto, unos 6cm más que yo, guapo, y con los ojos más bonitos que había visto con el paso del tiempo. Me atreví a acercarme a él, nerviosa.
- Hola, soy Max, y soy nueva - le dije
- Ah, hola Max. Soy Lucas, Lucas Sinclair, encantado -dijo mientras me daba la mano para que le chocara.
- Bueno, no se que clase me toca, ¿me ayudas?
- Creo que estás en mi clase, yo te acompaño.
Efectivamente, estaba en su clase, sentada a su lado. Nos habíamos reído bastante rato, y cuando acabaron las 2 primeras horas, decidí preguntarle si quería dar una vuelta después del instituto. Justo cuando se lo iba a decir, entró Cloe. Le besó en los labios mientras él se la llevaba al baño. Eso me dolió. La primera persona que había conocido y que pensaba que podíamos ser algo más que amigos, había destrozado mi vida, y mis sueños.