El Anillo

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Llevaba al menos una semana con la dichosa canción en la cabeza. Se la enseñó Mimi un día que iban en el coche por Barcelona, y desde ese momento se convirtió en la banda sonora de su visita.

Pero, no fue hasta que empezó a hacer el tonto con el piano en casa de Nerea, esta vez en Madrid, que de verdad le prestó atención a la letra.

Nunca había sentido algo tan grande

Y me vuelve loca tu lado salvaje

Tú me has dado tanto que he estado pensando

Ya lo tengo todo, pero

¿Y el anillo pa' cuándo?

Irremediablemente, su mente le llevó hasta Agoney. Y es que de un tiempo a esta parte, casi todas las canciones las relacionaba con él. Realmente sentía que con Ago lo tenía todo, y no necesitaba nada más. Pero en ese instante, y casi sin darse cuenta, la semilla de una idea empezó a germinar en su interior.

No fue hasta unas semanas más tarde -cuando les anunciaron que la gira terminaría como había comenzado; con un concierto especial en Barcelona- que la idea tomó forma. Iba a ser la última vez que cantasen Manos Vacías, al menos, en bastante tiempo. Esa canción que había significado tanto para ellos, y para muchos otros. Había que despedirse a lo grande.

Raoul sabía que su relación con Agoney estaba apenas comenzando. Pero al mismo tiempo, tenía la sensación de que llevaban toda la vida juntos. Y estaba seguro de que Agoney estaría de acuerdo. Habían vivido tantas cosas juntos, y con tanta intensidad, que sentía que estaba listo para llegar al fin del mundo de la mano del canario. Se sentía en deuda por todo lo que éste le había dado. Y qué mejor que usar su discurso de Amor, Libertar y Visibilidad, para declarar lo que sentía por aquel hombre al resto del mundo, y pedirle que compartiera el resto de su vida con él.

***

El día había llegado por fin. Estaban de vuelta en el lugar donde todo comenzó un tres de marzo. El Palau Sant Jordi se volvía a llenar para despedir la gira que les había cambiado la vida. Era el final, pero, sin embargo, tenía sabor de inicio. De una nueva etapa que comenzaría a partir de ese momento.

Raoul no solía ponerse nervioso antes de salir al escenario. Sin embargo, ese día estaba temblando. Llevaba semanas preparándose para lo que iba a suceder esa noche. Había hablado con Tinet, y todas las personas al cargo, explicado su idea y pedido permiso para llevarla a cabo. Todo el mundo estaba al tanto, dándole ánimos silenciosos cuando pasaban por su lado.

Todos, menos el chico moreno que se acercaba a él con rostro preocupado.

- ¿Qué te pasa, mi niño? - preguntó Agoney, sentándose junto a él, pasando un brazo por sus hombros y acariciándole la nuca con el pulgar - No comiste nada.

- No me pasa nada -dijo el catalán, intentando quitarle importancia. Ante el silencio del otro, continuó-. Es solo que no quiero cagarla -Agoney parecía no comprender lo que quería decir, por lo que añadió-. Es el último concierto. La última vez que vamos a cantar juntos en un escenario...

- Por ahora -interrumpió el moreno, moviendo las cejas.

- Por ahora -aceptó Raoul, con media sonrisa-. Y quiero que sea perfecto.

- Y lo será, mi niño -le tranquilizó Agoney, acercando su rostro al del chico rubio ceniza, posando un suave beso en sus labios-. Siempre es diferente, pero siempre es perfecto.

Si Raoul tenía alguna duda, todas se disiparon de golpe.

***

Sin apenas darse cuenta, estaban metidos de lleno en el concierto. 17000 voces coreaban sus canciones y gritaban sus nombre.

El AnilloWhere stories live. Discover now