La Cafetería

1 0 0
                                    


Tenía mucha hambre, bueno, quizá no tanta, me pregunto si a alguien más le ha pasado que solo come por aburrimiento o ansiedad, pero al menos a mi me pasa. Ya llevaba un rato en la uni sin hacer nada, había llegado muy temprano por accidente y ahora tenía que hacer algo, ya era muy raro que estuviera dando vueltas en el mismo lugar sin hacer nada. Quizá por eso después me dicen que parezco una persona antipática, me di cuenta que en todo ese rato vi al piso evadiendo las pocas miradas que recibía, igual y pensaron que estaban locos y yo solo era un ánima.

En fin, el punto ahora es que el menú de la cafetería me lo se de memoria y sigo aqui parada haciendome la interesante leyendolo una y otra vez, por suerte no hay tanta gente aquí y los que están parecen muy ocupados haciendo otras cosas.

Me acerco a la barra para pedir, creo que no tengo tanta hambre como pensaba, lo que más me llamó la atención era el licuado de fresas, había de mango, pero tengo una pequeña alergia que desconozco si es inventada por mi para con el mango.

-Hola, señora- no estoy segura de porque siempre le digo "hola" a la señora de la cafetería, quizá debería empezar a ser un poco más formal, después de todo es más grande que yo...

-Hola, mija, ¿Qué te doy?-

-Un licuado de fresa, por favor-

-¿Grande o chico?- por qué me hacen preguntas que no he pensado su respuesta, odio ser tan idecisa.

-Uhmm... uno chico, por favor-

-Enseguida te lo traigo-

Se acercó a la ventanita que da a su cocina, sonó una campanita y regresó. Me recargué en la pared contigua viendo hacia la puerta, con un poco de suerte y vería pasar a alguien interesante.

Y vaya que si tuve suerte.

De pronto entró un grupo de chavos de otra carrera (cada una tiene una playera diferente para diferenciarnos) y lo vi.

Era tan... ¿bonito? No sé como definirlo, no era acá un Hemsworth o un Clooney, pero era lindo. Tez clara, cabello ligeramente despeinado y café no muy obscuro, delgado, sus ojos eran entre café y olivo.

Baje rápido la mirada esperando que no se diera cuenta que lo observaba fijamente, tuve que aplicar la de recorrer el lugar con la mirada y luego ver al teléfono para disimular.

Así estuve dando vistazos cortos, se sentaron todos en una mesa, hacían algo de ruido y el se paró, se fue acercando y me asusté, pensé que se había dado cuenta y una de tres:

1) Se paró a pedir

2) Se molestó y viene a decirme que si tengo algún problema

3) Viene a pedirme mi nombre

Obviamente fue la 1, se acercó a la barra a pedir, al menos está cerca de mi, pero que tal sí...

Vi que se levantó y rápido hice que veía mi celular. Estaba viendo fijamente con la cabeza gacha cuando vi unos pies frente a mí.

"Oh no no no"

-Hola-

Levanté la mirada y él estaba ahí, creo que dejé de respirar, sentía el sudor que se empezaba a formar en mi frente y que de la nada sentía mucho calor, ya sabía que me estaba poniendo roja.

-H-hola- Contesté de vuelta

-Espero no molestarte, pero te vi desde que entré y pues... mis amigos me animaron a que viniera a preguntarte tu nombre-

-Oh claro claro-

-Entonces...¿me lo podrías decir?-

-¿Qué?-

-Tu nombre- dejó escapar una sonrisa con una risita que me pareció adorable

-Ah! Claro, disculpa, mi nombre es...-

-Sara!- La señora de la cafetería estaba gritando mi nombre, ¿de verdad no ha notado que estoy parada aquí al lado?

-Gracias, seño- Lástima que tenga que imaginarme estas cosas, aunque de cierta forma me hace sentir mejor, es como mi propia felicidad, me pregunto si sonará patético, pero equis, no me importa.

Noto que el se mueve, al parecer va a salir con uno de sus amigos de la cafetería, espero no toparmelo, no vaya a saber que estaba imaginando algo raro.

Camino algo lento, esperando que salgan, pero mi sorpresa es que voltea y se detiene en la puerta

"No no no, lo sabe! leyó mi mente! no sé cómo pero lo hizo"

Sigo acercandome, me sonríe y me abre la puerta

"Ay! ¿Por qué es tan lindo?, que tal si..."

-Uhm... gracias- le respondo algo apenada

-No es nada Sara-

-¿Cómo sabes mi nombre?-

-Lo escuche cuando te llamó la señora

-Oh claro, creo que toda la escuela lo escuchó-

-Bueno, Sara, mi nombre es David-

-...-

-Espero que no sea muy raro, pero desde que entré a la cafetería te vi recargada y quería preguntartelo, pero me dio un poco de pena acercarme así de la nada-

-...-

-Bueno... y esto va a ser todavía más raro aún pero te he visto algunas veces por la universidad-

-¿De verdad?-

-Sí, y había querido acercarme antes, pero pensaba que sería algo muy raro-

-Nah, no creo, solo hubiera huido, pero nada más-

-Jajaja, eres como pensaba, y ya que estamos aquí, y que te pude hablar... ¿Te gustaría ir al cine conmigo?-

Woah, Sara... ¿De verdad?, ya ni porque es tu imaginación puedes hacer algo mejor, no puede ser que ni ahí tengas diálogos más acá, más seductores y coquetos, o sea ni para imaginar tienes imaginación, así de redundante eres, ¿Al cine? ¿Por qué no que se besaran ahí mismo?

Genial, me topo con un chico lindo que me sonríe y me abre la puerta y no pude regresarle la sonrisa ni pensar en algo decente o indecente.

Patético, será mejor que me vaya a tomar mi licuado antes de que empiecen las clases.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: May 20, 2018 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Delirios de una StalkerWhere stories live. Discover now