Esencia Onírica

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Desgarrando la fina trama de las cortinas, entraban sin permiso alguno los rutinarios rayos del sol. Su mano rozaba mi pecho complementando mis profundas dudas, enseñándome tiernamente la más misteriosa pieza de mi ser, mi esencia. Fue ese instante en el que comprendí que uno no puede ser libre dentro de una distopía tan cruel como en la que vivimos, a menos que se recurra a experiencias oníricas dentro de nuestro plano material. Sin darme cuenta, mi subconsciente volaba a través de vivencias y recuerdos que sonaban absurdos ahora que mi mente surcaba libremente el entendimiento de mi psiquis. Fue aquella palma acariciando mi pecho la que me presentó un fragmento de mi persona, un pariente lejano que vivió dentro de mí desde el principio, sin haber nacido hasta ese momento. Es curioso saber que rasgos innatos de nuestra personalidad, se mantienen ocultos esperando a que algo tan simple como una muestra de afecto los inviten a salir a conocer a su propietario. Quizás fue su dulzura, quizás su piel o incluso su comprensión lo que me ayudó a conocerme un poco más. Creo que es por eso que adoro su empatía, su sabiduría y determinación, su tacto... su esencia. Fue aquella esencia la que me enseñó a ser autentico, la que me enseñó a ser fiel a mí mismo, la que me enseñó a estar en paz con mi cuerpo, y en sueños con mi alma.

Esencia OníricaWhere stories live. Discover now