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No se dejen llevar por los sentimientos, piensen siempre un poco más allá de lo que ven, tengan sus principios siempre delante de cualquier cosa que hagan porque si yo no hubiese volado los míos no habría pasado por la peor la experiencia de mi vida.
-Es bueno volver a verte, Samantha.- Me tomó unos segundos reconocer la voz de William.
Con la respiración un tanto agitada, comencé a pensar desde hace cuanto tiempo no le veía. Lo miré sobre mi hombro, él seguía igual, aunque creo que ahora tiene otro aro, y una nueva novia. No podía negar que aún tenía un poco de odio acumulado hacia él.
-¿Qué quieres ahora William?- dije cruzandome de brazos, y un tono de desagrado no podía faltar en cada palabra que le decía.
-Te quiero a ti.- Suspiró
Dejé caer mis brazos a los costados y lo miré. No tenía respuesta porque ni yo misma sabía como me sentía. Por un momento quise correr a sus brazos y decirle que aún lo quería. Pero mi orgullo fue más fuerte.
-Yo no a ti, William.- Sonrió, acercándose en unos cuantos pasos.
-Te doy un mes y caerás de nuevo.- susurró en mi oído a la vez que un escalofrío recorría todo mi cuerpo.
Oh no, esto no quedará así, no otra vez.
