Mustia Franqueza

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Cundo desolada a la ternura de tu lecho,
Cuándo más la vida me desola perturbada,
Curso sin reparo los senderos de tu pecho,
Donde más aguarda la vital e ilusionada
Estima, que menos triste al alma mía
Vuelve vibrante esperanzada.

Que de mí cuándo esté marchita
Reverberate la danza ardiente,
Que no se extingue más que en la silente
Bienvenida a la eterna vida.

Que será de la tan fielmente
Virtud del haberte amado,
Si fuera estridente la voz del hado,
Sabiendo no hallarte en la próxima orilla.

Ay amor, que de a dos me haz hecho
A mí misma, es tiempo y partida
Hacía un mundo floreciente,
Dónde hacer de luz la morada prometida,
Dónde aguardar herida tú sol naciente.

Mustia FranquezaWhere stories live. Discover now