T & T Casamenteras

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Ranma ½ no me pertenece.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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T & T

Casamenteras

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Akane parpadeó avergonzada y se sujetó con más fuerza la toalla que tenía puesta con descuido alrededor del cuerpo. Sus mejillas se tiñeron de rojo. Frente a ella estaba Ranma, su piel húmeda, quizá de sudor, que hacía que la camiseta se le adhiriera a los músculos. Sus ojos azules mirándola fijamente y una toalla colgando de su hombro.

¿Acaso él pretendía entrar al baño con ella? Ese... ese...

Akane se mordió el labio y sintió las mejillas más calientes todavía.

—Ra... Ranma —­tragó saliva—. ¿Qué estás... haciendo aquí? —preguntó nerviosa.

—Yo... —las mejillas de él también se sonrojaron mientras no apartaba la vista de los hombros desnudos de su prometida—. Yo no... lo sé —susurró.

Akane entreabrió los labios estupefacta.

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[Quince minutos antes del encuentro de Ranma y Akane]

Kasumi estaba cortando verduras en la cocina mientras tarareaba bajito una canción. De pronto levantó la vista y sonrió al ver entrar a Akane por la puerta que daba al patio. La menor de las Tendo tenía puesto su gi de entrenamiento y se secaba el sudor de la frente con una pequeña toalla.

—¿Terminaste tus ejercicios? —pregunto Kasumi amable mientras seguía cortando las zanahorias.

—Sí, iré a darme un baño —respondió Akane.

—Te avisaré cuando esté la cena.

—Gracias, Kasumi —Akane le sonrió antes de salir de la cocina.

Kasumi se detuvo. Se acercó a la puerta y se asomó para ver el momento exacto en que Akane terminaba de subir la escalera y se perdía en el piso superior. Luego volvió a entrar en la cocina, abrió el grifo y le puso un poco de agua a la tetera, para después colocarla al fuego.

Kasumi se pasó la lengua por los labios con nerviosismo. Volvió a salir de la cocina y entró en la sala. Nabiki estaba allí leyendo una revista mientras comía sus galletas favoritas; al notar la presencia de alguien en la habitación, Nabiki levantó los ojos.

Su mirada se cruzó con la de su hermana mayor. Nabiki alzó una ceja.

—Es hora —susurró Kasumi. Nabiki asintió con seriedad.

Kasumi volvió a la cocina y Nabiki se puso de pie. Subió la escalera y entró en su habitación, dirigiéndose de inmediato a su escritorio. Abrió uno de los cajones, se quedó observando lo que había dentro y sonrió de costado.

Aunque Kasumi regresó a la cocina, no siguió preparando la comida de inmediato. Se acuclilló, abrió la puerta de una de las alacenas y sacó una pecera redonda llena de agua donde estaban nadando alegres un par de carpas. La llevó hasta la mesa y la cubrió con un trapo de cocina.

T & T CasamenterasWhere stories live. Discover now