La Hija De Un Sicario

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¿Contar un poco de mi vida?

Uf bueno va, a ver, pasó hace mucho pero fue el motivo del porqué soy así de fría, sin humor y muchas más. Ah y tan buena en mi trabajo, claro.

Y todo tiene un nombre y apellido...

- ¡Cariño! ¡Escóndete aquí, corre! -grita mi madre sofocada y asustada, empujándome para que me metiese en un pequeño cajón de un gran armario del despacho de mi padre.

- ¡MAMI VEN CONMIGO, VEN POR FAVOR! - Insistía una y otra vez para que mi madre viniese conmigo pero no dio ningún resultado. En ese entonces no lo entendía, ella sólo quería ponerme a salvo.

- No cariño, estaré bien, no te preocupes por mami. Escúchame, mi amor, tienes que quedarte aquí, calladita y sin salir, ¿vale? -asiento sintiendo como sus cálidas manos se aferraban a mis mejillas - Y por favor... No veas nada, cierra tus ojitos. ¿Puedo confiar en ti? ¿Cerrarás tus ojitos? -vuelvo a asentir antes de ella besara mi frente junto con una caricia en mi rostro. Una caricia tan suave que se sentía como una despedida.

La verdad que no sabía que pasaba, el porqué de esa actitud de pronto y su desesperación por esconderme. Estaba asustada llorando en silencio por su repentina actitud, intentando ser protegida por las paredes del armario mientras rezaba en susurro para que mi padre estuviera aquí, intenté mantenerme quieta y con los ojos cerrados cumpliendo la promesa aun cuando de fondo oía los gritos de mi madre y a hombres, armados o quizás no, sin embargo los lamentos de mi madre me ponían en alerta, desesperada por saber que le hacían abrí mis ojos y metí un dedo en las puertas con la intención de tener alguna respuesta en mi campo visual. Y cuando la tuve, quise arrepentirme de haber abierto esa puerta, pero no lo hice.

Mi madre estaba arrodillada en el suelo mirándome en silencio mientras las lágrimas caían por sus mejillas, y a su al rededor la rodeaban hombres armados. Bastó de un suspiro ahogado entre sus labios y un te quiero que aunque no lo dijera con su voz, si entendí. Un sentimiento inexplicable instalado en mi corazón anclado a mi barriga para que la sangre bañara su frente y su cuerpo cállese sin vida a los pies de esos desgraciados.

Lloré, lloré en silencio, lloré inmóvil, lloré sin ser capaz de apartar la vista del cuerpo tirado en la habitación. Lloré escuchando el hombre responsable de matar una parte de mí.

-Venga vámonos, chicos. Buen trabajo, ese hijo de puta se metió en donde no debía y esto solo fue una advertencia -y rieron, por compromiso o por placer, pero rieron.

Minutos u horas, no era consciente del tiempo cuando salí de mi estado y corrí al cuerpo de mi madre sin asegurarme de que si los hombres seguían allí. La voltee y tomé su cabeza poniéndola en mis piernas, susurre, dije y grité con desespero su nombre ansiando que me respondiese.

O que esta fuese una maldita pesadilla, ¡sólo quería que mi madre me tuviera en sus brazos diciéndome que todo estaría bien mientras nos arropa en la cama! ¡Esperando a que yo me durmiese primero!

Sólo quería a mi madre

Era muy pequeña para ese entonces pero me habían arrebatado la felicidad de un disparo. Juré que vengaría la muerte de mi madre y no importaba que tan duros fuesen los entrenamientos ni el dolor de los golpes y heridas causadas porque algún día me encargaría de matar uno por uno a los desgraciados que se llevaron a mi madre. A fin de cuentas la sangre de sicarios corría por mis venas y yo estaba sedienta de venganza.

¿Te jodió haber leído la muerte de mi madre? Já, ¿entonces qué esperas para saber cómo esta vez yo jodí a los desgraciados y te haré sentir conforme de ello? Aunque debo admitir que no todo suele salir como quiero...

La Hija De Un Sicario VERSIÓN WATTPAD (EN FISICO EL ORIGINAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora