The Ring.

309 32 71
                                    


Miré mi dedo anular por décima vez, desde que había entrado en la habitación. No podía creerlo y no me sentía seguro de poder cargar con él. Lo amaba, y adoraba profundamente el hecho de que quisiera compartir toda su vida conmigo... pero toda una vida... era demasiado tiempo.

Mis manos se habían humedecido a causa del sudor nervioso. Estaba luchando contra un ataque de pánico y con las ganas de salir corriendo.

Dos habitaciones más allá, se encontraba él, seguramente ataviado en su elegante traje de novio, al igual que yo, con la diferencia que el mío era blanco.

Pasé las manos por mi frente, y me puse de pie ante el espejo de cuerpo completo. Estaba radiante, pero no había alegría en mis ojos.

¿Estaba arrepintiéndome a media hora de casarme? No puede ser cierto... Estoy enamorado, ¿no? Es el ciclo natural de la vida... Conocer a alguien, casarse, formar una familia... Entonces, ¿por qué sentía que no debía estar allí?

Alguien golpeó mi puerta y yo chillé histéricamente. Definitivamente los nervios estaban matándome.

- ¿Quién es? – dudé. Desconocí mi voz al oírla temblorosa.

No recibí una respuesta, sino que simplemente el picaporte giró y él apareció tras la puerta con una enorme sonrisa. Sus ojos se iluminaron al verme y su sonrisa se amplió aún más.

- Kurt... estás... increíble – susurró él.

- ¿Qué estás haciendo aquí? – Solté algo osco, haciendo el ademán de correr a encerrarme en el baño – No quiero que me veas, Blaine.

- Soy tu mejor amigo, además de tu padrino de bodas... No puedes echarme – respondió con autosuficiencia.

- Claro que puedo – le reñí - ¡Vete! No estoy de humor para nadie.

- Oye, ¿no se supone que éste debería ser el día más feliz de tu vida? – se burló.

- Sí, pero hasta el momento no lo es... así que... - señalé la puerta con mi dedo.

- Vamos... - él caminó hacia mí y yo lo miré, inquieto – Entiendo que estés nervioso el día de tu boda... Adam no se veía menos histérico que tú.

Solté un suspiro apesadumbrado, echando mi cabeza hacia atrás. Miré a Blaine, tan compuesto y sereno, en su esmoquin negro... mi corazón se saltó dos latidos con esa imagen frente a mí. Caminé hacia el balcón lateral, con la esperanza de que el aire fresco de octubre me limpiara todos esos pensamientos. Él me siguió, por supuesto.

- ¿Puede alguien morir de nerviosismo? – solté, apoyando ambas manos en la barra que protegía el pequeño espacio del balcón – Porque yo podría ser el primer caso.

La profunda risa naciendo desde el pecho de Blaine, me estremeció por dentro. Él siempre lograba tener ese efecto en mí. Habíamos sido amigos desde la secundaria, cuando me defendía de los brabucones; me presentó a Adam, e incluso le ayudó en la propuesta de matrimonio. Pero, por algún motivo, en mi cabeza, al imaginarme el día de mi boda, lo veía a mi lado, como el novio.

Solté un pesado suspiro; estaba comenzando a enloquecer y el reloj no se detenía, sin embargo, Blaine no me presionaba para que saliera del cuarto de hotel, por el contrario, estaba sereno y tranquilo, mirando el jardín frente a nosotros.

- Creo que no debería casarme – solté de improviso, llamando la atención de mi amigo.

- ¿Qué? – su expresión de desconcierto, me hizo retroceder un paso.

The Ring (OS Klaine)Where stories live. Discover now