Capítulo Único

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—¡Hyung! — Kookie se queja. Sus mejillas se tornan rosas mientras agarra el borde de las mantas y parece encogerse en la cama, hundiéndose, hasta que sólo puedo verle los ojos. — La tienes parada.

Parpadeo un par de veces, aún con el sueño acechando mis pesados parpados. La habitación se ve aún más blanca por la mañana, cuando la luz de un brillante sol se cuela por las persianas grises, por lo que me cuesta reconocer que me he quedado en la cama de Jungkook la noche anterior, faltando a mi promesa de volver a la mía antes de que el departamento comenzara a tomar vida.

Kookie sigue escondido bajo las mantas, pero la travesía de unos largos dedos acariciar mi muslo izquierdo faltan el respeto a esa tímida inocencia escondida tras la curvatura de su sonrisa.

—Es natural, soy un hombre joven, es biológico ¿Qué más puedo hacer? — mi voz sale ronca desde mi garganta, casi como un sonido gutural.

—¿Qué más puedes hacer? — pregunta, pensativo.

Hay algo exquisito en romper las reglas; es el placer de la adrenalina.

Jungkook y yo, nos besamos, y tenemos una relación escondida del resto de los miembros. Nadie puede enterarse que pasamos más noches juntos que días de ensayos y prácticas. Hubo una semana en particular que olvidé volver a mi dormitorio compartido con Hoseok. Fue todo un caos. Una o dos noches de "desvelo" estaba bien, según ellos. Una semana era raro. Por eso habíamos acordado no romper más la regla: "Volver a nuestras respectivas habitaciones antes de que los demás se levantarán"

Pero ese día estaba jodido.

Mi piel reacciona demasiado rápido cuando se trata de Kookie. Sus piernas desnudas bajo las sabanas acarician incesantemente las mías, como insinuándose. Y mi pene está erecto, quizás desde hace cuánto tiempo.

—Cogerme. — puntualiza susurrando, respondiéndome. — Cógeme hyung...

Es una súplica. Jungkook está rogándome que lo coja, que lo haga mío.

Mierda, mi polla palpita reaccionando al instante, y un bombeo insano hace resaltar la erección bajo las mantas, tan visible a la vista que los ojos de mi pequeño se abren desmesuradamente.

—Oh bebé...— ronroneo, volteándome para tenerlo un poco más cerca. La punta de su nariz rosa con la mía, sus labios están entreabiertos y un jadeo insonoro sale de ellos, acariciando la comisura de mis labios con su cálido aliento. —Mira lo que provocas, deberás hacerte cargo.

Jungkook me mira dubitativo. Sé que esto es parte del juego, su falsa inocencia, su duda constante, su timidez, incluso el temblor de su mano pasearse con descaro desde mi abdomen hasta mis oblicuos, mientras traza desesperantes líneas imaginarias que sólo logran ponerme aún más, calentarme aún más.

Antes de insinuar sus dedos contra la longitud de mi miembro, él toma mi boca. El primer beso de la mañana, el prohibido por reglamento. Primero toma mi labio inferior humedeciéndolo con su saliva, lo succiona un poco hasta que su lengua áspera delinea el contorno superior de mi boca, y la introduce lentamente meciéndola junto a la mía.

Es deliciosa, caliente, palpitante. Él lo es, porque mientras Jungkook cierra los ojos para besarme, yo siempre mantengo los míos abiertos, a media altura, para guardar en mis recuerdos esa imagen asombrosa. Sus mejillas moverse al compás de sus labios descarados, o la aterradora ternura de sus suaves suspiros dar contra mi cavidad.

—Voy a cogerte — le advierto. Kook no tiene intenciones de reclamar mi mirada, luce demasiado extasiado recibiendo los pequeños besos que he comenzado a dejar por el resto de su rostro. Sus mejillas, su frente, sus sienes, el lóbulo de su oreja.

Jimin-ssi [Jikook +34]Where stories live. Discover now