What I need

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Amaia nunca había sido una persona celosa. Ella era muy de "vive y deja vivir", siempre defendiendo sus derechos y los de los demás, alejada de las relaciones tóxicas, intentando ser feliz con lo que tenía y contagiándose de la felicidad de los que estaban a su alrededor.

Por esta regla de tres, debería estar feliz por Miriam. Pero no podía cuando la causa de su felicidad era ella.

Últimamente, Miriam se pasaba el día con los bailarines, sobretodo con Mary. Estaban siempre juntas, subiendo fotos a redes sociales y comentándose por ellas, lanzándose miraditas llenas de deseo, y a veces desaparecían las dos durante un largo periodo de tiempo. Amaia estaba segura de que estaban liadas.

Y por una parte pensó que ya era hora que la chica se diera cuenta que le gustaban las tías pero coño, ya se podría haber dado cuenta antes, o con ella. Si quería experimentar después de haberlo dejado con Pablo, Amaia estaba más que dispuesta. Lo había estado desde el momento en que puso un pie en la academia y había caído rendida a los pies de la gallega.

Que sí, que ella tampoco era nadie para hablar porque estaba con Alfred, pero es que también quería estar con Miriam.

Se sentó al lado de Ricky en la sombra mientras esperaba su turno para ensayar. Se estaba recogiendo el pelo –porque el calor era insoportable –cuando vio pasar a Miriam y a Mary entre risas. Amaia rodó los ojos.

Otra vez juntas.

-¿De qué os reís? –les preguntó.

-Nada. –contestó Miriam entre risas.

-Estábamos ensayando y Sam se ha equivocado y le ha metido una hostia a Kibo. –dijo Mary.

-¿Pero está bien? –preguntó Ricky, levantando la vista del móvil un momento.

-Ella, preocupada por su novio. –rio Miriam.

-Idiota. –el chico puso los ojos en blanco. -¿Está bien o no?

-Sí, está bien, Ricky.

-Voy a verle por si a caso. –se levantó.

-No le vayas a hacer daño tú ahora. –bromeó Mary.

-Paso de vosotras. –dijo mientras se alejaba.

Las tres chicas se quedaron solas, y Amaia se sintió un poco incómoda. Miriam y Mary se miraron de esa forma que Amaia odiaba tanto, y después empezaron a caminar, dejando a la otra chica sola.

-¿Dónde vais? –preguntó Amaia, antes de que desaparecieran.

-A ensayar un baile. –dijo Miriam.

-¿Otro?

-Sí, es uno nuevo.

-¿Puedo mirar?

-Claro. –sonrió Mary.

Amaia se levantó.

-Espera. –dijo Miriam, acercándose a ella. –Te hiciste el moño como una mierda, tienes todos los pelos por fuera.

-Ay, bueno, es igual. –le quitó importancia.

-Anda, ven, que te lo hago bien.

-No hace falta.

-Que sí, déjame hacértelo.

Ojalá me hicieras otra cosa, pensó Amaia. Pero se acercó a la otra chica y dejó que le deshiciera el moño para después volvérselo a hacer.

What I NeedWhere stories live. Discover now