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Uno: 발견하다

Se había alargado la fiesta a la que había sido invitada luego de lanzar su debut con su grupo internacional y ella elevaba levemente la copa en un brindis grupal, disfrutando el fin de año de una de las grandes oportunidades que había tenido al haberse cambiado de sello discográfico luego de una consensuada decisión en grupo; Big Hit Entertainment había logrado la expansión mundial con la que tanto habían soñado, incluso por los recovecos de los países más aislados de Asia.

Ser hispanoamericana y tener un reconocimiento colosal en toda América y Europa en la industria de la música la había traído a ése momento: mirando atentamente los grupos coreanos de K-Pop, Dance, R&B y Hip-Hop.
Era duro para todo foráneo encontrarse enajenado debido al choque cultural, situación que milagrosamente por su aspecto social y extrovertido no se encontraba, pero dos de sus integrantes no lograban encuadrar. Aunque eso sucediera normalmente en casi cualquier situación de la vida cotidiana. Pero por su parte, se sentía ligeramente aceptada en ciertos términos, intentaba ver todos los rostros que la observaban atentamente con gestos de cordialidad mientras que a su vez miraba, como líder de su banda femenina cómo lograban relacionarse con los que desde ahora, serían colegas en la industria del K-Pop.

Cuando tomó las últimas gotas del costoso champagne con el que había brindado, recordó la mirada que la había recorrido cuando se escuchó la fina onomatopeya de las copas de vidrio y el sutil grito de la maknae de su grupo. Mientras oía bajo una ensoñación la voz de Hannah dando leves saltitos, podía observar sobre su hombro al hombre que no le había quitado la vista durante toda la fiesta. Era muy guapo. Joder, ¿A quién demonios le estaba mintiendo? Era simplemente una total obviedad que Namjoon, líder de Bangtan Boys era malditamente guapo. Exorbitantemente atractivo. De treinta centímetros más que ella, era un hombre de cualidades sugestivas y rostro asiático de expresiones excéntricas. La miraba con una copa en la mano rodeado del grupo de K-Pop al que pertenecía, con una leve inclinación y unos ojos que presumían saber más de lo que sabía. Cómo por ejemplo, qué mueca agridulce mostrar cuando la observaba y qué gesto hacer con el cuerpo para estremecer el punto sensible de su espina dorsal para arquearla de un modo desgarradoramente excitante.

- ¿Soy yo o definitivamente Bangtan nos está observando? - dijo Hannah, tendiendo de un hilo fino mientras observaba aparecer el cabello rubio de Jimin, que por supuesto era su talón de Aquiles. - Voy a morir, chicas. -

- ¿Bangtan?- preguntó la visual de la banda, observando la pista de baile.

- ¿Dónde demonios está Stevie? - cuestionó la mayor, lo suficientemente irritada para tomar el vaso que tenía la maknae y beber el contenido.

- No lo soporto más, hay demasiadas personas. - dijo mila, empezando un conjunto de conversaciones de las cuales ella no prestaba atención, aún seguía mirando hacia el hombre vestido de traje, desviando la mirada hacia los ojos que la perseguían por toda la pista. Cuando observó como levantaba levemente la copa mezclada con una sonrisa lobuna, vio a un lado de él la cabecita de una mujer que hablaba animadamente con uno de los miembros de BTS.
- Síganme, y por favor mantengan la calma, ¿Está bien? - dijo mirándolas atentamente.- Hay que hacer amistades, pero por favor, niñas respeten el espacio que esto no es un antro, ¿Queda claro? - tomó un respiro y las miró con una sonrisa de aliento; mantener la postura para que los pilares del grupo no se desestabilizaran era su tarea y no iba a caer en pesimismos.

Podía escuchar la voz entretenida de su amiga que conversaba con obvio entusiasmo sobre un mixtape con alguno de los chicos de BTS mientras se acercaba y cuando la americana sintió la presencia de su líder, sonrío con amplitud y les presentó a quién pudo reconocer como Jhope, el bailarín de la banda. Por supuesto que todas sabían quién era la banda del K-Pop del momento y realmente estaban anonadas con los chicos pero no contaban con ver ésa noche a sus bias gracias a las sandeces de la americana.
- Oh, un gusto. Soy Jhope. - saludó amablemente en coreano.
- Creo que me está jodiendo demasiado el choque cultural. - murmuró por lo bajo Mila y la líder la miró mal.
- Annyeong. - saludaron al unísono.