Parte única

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Izuku siempre se sintió indiferente a las numerosas cicatrices que decoraban la piel de su brazo derecho, ese que se había dañado incontables veces mientras peleaba, pero Katsuki no.

El cenizo siempre había tenido un gusto especial por mirarlas y el pecoso lo había notado con mucha facilidad ya que el chico no era muy discreto, pero nunca habían hecho un comentario relacionado a ello, incluso cuando dejaron de ser compañeros de clase para pasar a ser amigos y posteriormente una pareja.

Esa tarde estaba lloviendo, Izuku ya había terminado su turno patrullando la zona que le habían asignado en la agencia cuando recién se graduó de UA y en la que ya llevaba dos años trabajando, por lo que se encontraba en el departamento que compartía con su novio, preparando un sobre de ramen instantáneo para comer cuando la puerta se abrió.

—Bienvenido, Kacchan. —sonrió el de cabello glauco, dejando el cucharón sobre la encimera y corriendo por la estancia para besar a su novio, quien lo sostuvo por la cintura para después preguntarle como estuvo su día.

—¿Qué te pasó en el brazo? —preguntó el más alto, caminando detrás del chico mientras se deshacía de los guanteletes verdes que cubrían sus manos.

—Oh, me topé con un villano que tenía un quirk de impacto y me golpee contra un edificio, pero ya no me duele.

Kacchan miró con molestia la venda blanca que cubría el brazo derecho de su novio y chasqueó la lengua, dándose la vuelta antes de mencionar que iría a tomar una ducha. Izuku asintió, tomando el cucharón de nuevo con la mano izquierda, haciendo una mueca de dolor al intentar mover el brazo derecho y regresando su atención a su comida.

Para cuando Katsuki volvió, la lluvia se había vuelto más fuerte y el ramen ya estaba servido.

Tomó su tazón y agregó picante antes de caminar hacia la estancia para unirse al pecoso, quien estaba cambiando el canal de la televisión, buscando algo que valiera la pena ver. El sofá se hundió con su peso y subió los pies sobre la mesita para café sin importarle que su novio detestara que lo hiciera.

Izuku terminó rindiéndose al dar con el canal de las noticias y dejó el control remoto entre su cuerpo y el de su novio antes de separar sus palillos y comenzar a comer, quemándose la lengua en el proceso.

—¿Estás seguro de que ya no duele? —preguntó Katsuki luego de un rato, notando que cada cierto tiempo Deku hacía una mueca de dolor que intentaba disimular masticando el ramen con rapidez.

—Si.

—Déjame tocar.

—¡No!

—No seas llorón, Deku, no voy a hacerte nada.

El pecoso intentó impedir que su novio obtuviera lo que quería, pues sabía que si se enteraba de que aún estaba adolorido comenzaría a sermonearlo sobre el cuidado personal y como era siempre tan descuidado consigo mismo, sin embargo, no pudo hacer mucho cuando Katsuki le quitó el tazón con el ramen de las manos y lo empujó sobre el sofá, acomodándose entre sus piernas y sosteniendo su brazo con delicadeza.

Deshizo el broche que sostenía la venda y la retiró con cuidado, mirando de cuando en cuando el rostro encaprichado de su bonito novio.

Su piel estaba ligeramente amoratada en la zona del bíceps, pero no parecía haber mucho más daño más allá de las marcas rosadas que cubrían toda la extremidad.

Sus dedos acariciaron el borde del moretón antes de bajar sobre un parche de piel dañada que Deku se había hecho durante el campamento de primer año, ese que marcó el rumbo de su relación y cambió sus vidas.

Siempre había ansiado una oportunidad como esa, para admirar de cerca las cicatrices de su chico, pero temía parecer muy intrusivo a ojos de Deku y por eso nunca lo había pedido, sin embargo, eso se había acabado.

Presionó la rugosidad con la punta de su pulgar y Deku jadeó, quedándose muy quieto mientras los dedos calientes de su novio recorrían las cicatrices más largas y acariciaban las más cortas, bajando a su antebrazo y posteriormente a su mano.

—¿Qué pasa? —preguntó, con las mejillas ligeramente sonrojadas y los ojos brillantes cuando Katsuki besó el dorso de su mano, justo sobre una de las primeras cicatrices que se hizo.

—Me gustan. —aduló, bajando y dejando un corto beso sobre sus labios.

—Son cicatrices, Kacchan, no se supone que te gusten, ni que sean bonitas. —sonrió con modestia, aún más avergonzado.

—Lucen bien en ti. Incluso con ellas, eres perfecto.

Izuku decidió creerle cuando se inclinó a besarlo.

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Nota agregada el 8 de abril del 2024: Hey! Paso a dejarles mis perifles de Ao3: ErinAust, ID: 16083897 y mi Twitter: @ErinAustrum. Allá estaré publicando mis historias y dando actualizaciones en caso de que mi cuenta o éste fanfic sean eliminados. 

Perfecto; [Katsudeku]Where stories live. Discover now