Parte Única

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Esto es un AU basándose en el MCU, posterior a Avengers: Age of Ultron. En esta realidad alternativa Pietro Maximoff no muere, sino que cae en coma. Además de que Barton no se encuentra casado ni tiene hijos. (En pocas palabras: En la cabaña donde se refugiaron, durante Age of Ultron, solo vivía Clint)



Dime por favor donde no estás 
en qué lugar puedo no ser tu ausencia 
dónde puedo vivir sin recordarte, 
y dónde recordar, sin que me duela. 


Dime por favor en que vacío, 
no está tu sombra llenando los centros; 
dónde mi soledad es ella misma, 
y no el sentir que tú te encuentras lejos. 


Tras salvar la vida de Barton en la batalla contra Ultrón, Pietro cayó en coma. Llevaba dos meses así.

Dos meses en los que Clint sentía que él era quien estaba muriendo y no el pequeño Maximoff. Dos meses, de los cuales sólo una pequeña parte del tiempo salía de aquella fría habitación de hospital, en los que prácticamente no comía ni dormía, en los que lloraba casi a diario. Dos meses en los cuales su vida se caía a pedazos. Dos meses donde Pietro no había mostrado mejoras, donde permanecía igual que el día en que todo ocurrió, a excepción de uno que otro corte superficial.

La culpa y la desesperación de no poder hacer nada lo carcomían, pero juró que se quedaría a su lado. Pase lo que pase estaría allí para él, ya sea que despertase o no.

[[****]]

—Serían $6.45, señor.— Dijo el empleado con voz animada.

—Sí, gracias.— Respondió entregando el dinero y retirándose con su café.

Barton miró su reloj, eran exactamente las 21:03, el cielo ya era un gran y hermoso manto oscuro con luces blancas de diversos tamaños. El contraste de temperatura del aire templado en la cafetería de la que salía, con la fría temperatura del exterior era muy notorio.

Caminó de regreso hasta el hospital, ya parado frente a la gran puerta de cristal, miró al cielo, dió un profundo suspiro y se adentró a la clínica. Estaba cansado, con los ojos llorosos, enormes ojeras y su café ya estaba por la mitad. No estaba en su mejor momento pero, vamos, por su pequeño chico mueve montañas. Se dirigió a subir al cuarto.

Tiró el vaso que contenía el café, ya vacío, en el cesto de basura próximo a la salida del ascensor. Piso 6, sector B, habitación 221. Ingresó a la pequeña sala y cerró la puerta tras de sí. Sin encender la luz, la recorrió habiéndosela aprendido de memoria, hasta llegar a la afelpada -pero igualmente incómoda- silla, ubicada al lado de la camilla donde se encontraba el Maximoff.

Ubicado ya en el asiento tomó lenta y cuidadosamente la pálida mano, del muchacho, que caía por un costado de la cama y susurró:

—Pietro, no te imaginas cuanto te extrañamos, el equipo te necesita con nosotros, Wanda te necesita. Yo te necesito. Prometo no volver a molestarte si es que lo haces, por favor, despierta pronto.—

Hizo una pequeña pausa y continuó:

—Buenas noches, rapidín.—

Soltó la mano del menor y con cautela la acomodó junto al peliplateado. Secó con su mano una lágrima traicionera que venía bajando por su mejilla, se recostó en el sillón y se entregó a los brazos de Morfeo.

Dime por favor por qué camino, 
podré yo caminar, sin ser tu huella; 
dónde podré correr no por buscarte, 
y dónde descansar de mi tristeza. 


Dime por favor cuál es la noche, 
que no tiene el color de tu mirada; 
cuál es el sol, que tiene luz tan solo, 
y no la sensación de que me llamas.

Dime, por favor. (Hawksilver)Where stories live. Discover now