𝗘𝗟 𝗡𝗜𝗡𝗝𝗔 𝗗𝗘𝗟 𝗗𝗥𝗔𝗚𝗢́𝗡 𝗡𝗘𝗚𝗥𝗢 || 𝐂𝐨𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧

Capítulo 2: ¿Paternidad?

Kakashi: ¿Mi-mi hijo? -Fue lo único que salió de su boca, estaba envuelto de emociones y preguntas, y de todas ellas la que más retumbaba dentro de él era la misma - ¿realmente es mío?

No dejaba de observarlo, no podía creer lo que sus ojos le mostraban.

Ayane: Entiendo perfectamente que te tome por sorpresa y el haberte tenido que decir de esta manera, créeme a mí me ocurrió lo mismo.

Kakashi: Pero... ¿Cómo?

Ayane: No creo que haga falta explicar el "cómo". Ambos sabemos perfectamente lo que ocurrió la última vez que nos vimos.

A lo lejos comenzó a sonar la voz de Naruto y los demás que lo llamaban a unirse de nuevo con ellos a la celebración.

Ayane: -Lanzó un gran suspiro apartando la vista de él para mirar al suelo - supongo que aparecí en un mal momento, lo lamento. Debo irme.

Kakashi: No, por favor quédate. - la sujeto de la mano, casi suplicando con la mirada que no lo dejara de nuevo. -

Nuevamente lo volvieron a llamar, esta vez parecía que se acercaban.

Ayane: Parece que te esperan, anda ve con ellos. Ya te interrumpimos bastante, te veré luego.

Ayane soltó la mano de Kakashi y comenzó a desvanecerse. Raiden no apartaba la mirada de Kakashi, cuando estaban por desaparecer, extendió su pequeño brazo y le dijo adiós. Él le correspondió, pero no pudo evitar sentir un mudo en la garganta y opresión en el pecho.

Naruto: Hey, te hemos estado esperando. Todos estamos de acuerdo en ir a cenar para continuar con la celebración pero estamos indecisos de a donde ir...

Naruto hablaba y hablaba, Kakashi no prestaba atención a nada de lo que le estaba diciendo, seguía penando en lo que acababa de ocurrir, al mismo tiempo que intentaba quitarse el sentimiento de culpa que de pronto lo había invadido.

Kakashi: Acabo de recordar que tengo un asunto pendiente, continúen sin mí.

Naruto: ¡oye, no te zafarás tan fácil!

Kakashi: De verdad, debo irme. Vayan a donde quieran, yo invito.-le lanzó una falsa sonrisa e hizo lo mismo que Raiden, extendió su mano y le dijo adiós. Gesto que quedó guardado en su memoria desde entonces -

Dicho esto desapareció.

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Seiryú: ¿A dónde te diriges ahora? -Retumbó su voz desde el interior de Ayane.

Ayane: No lo sé.

Seiryú: Huir no es algo típico de ti.

Ayane: Lo sé, pero no era el mejor momento para que todos los demás se enteren de que estoy aquí de nuevo.

Seiryú: No resultó como esperabas, ¿cierto?

Ayane: Mmm no del todo. Es mi culpa, no era el momento. Debí esperar cuando realmente estuviera solo, pero no pude evitar querer acercarme en cuanto lo vi.

Ayane corrió hasta adentrarse en lo que ahora parecía el inicio de una gran ciudad. La aldea de la Hoja como la recordaba había casi desaparecido, todo estaba envuelto de un aire de tecnología y evolución.

Seiryú llevaba mucho tiempo enlazado al cuerpo de Ayane, de tal manera que ambos se habían acostumbrado a la presencia del uno y del otro. Esto también había hecho que ella lograra tener mayores habilidades y técnicas; su favorita y la que usaba en todo momento, era el poder ser invisible para así materializarse cuando lo deseara.