LA ORCRIS - Lagrima Origen del Cristal

Una flor en mi Jardín Cp.I

El aire sopló. Cuando sea 6:00 a.m. la brisa rozará suavemente la piel blanca, de cabello rizado, su brillante cabello de color oro como sable, Laura estará echada en ese momento en su cuarto y su ventana abierta entrará aquella brisa que a consecuencia mueve lentamente las cortinas, rojas profundo. Con delicadeza Laura se levantará de su cama de algodón con habilidad y ligereza de pluma se encontrará en aquel día con pájaros cantando en su jardín rodeado de colores arcoíris: Blancos de paz, Lilas en amor, Rosas del vivir, Carmín como tal es del morir, Carmesí el cuerpo a desfallecer, Lavanda se levanta, de la historia surge su nombre consiguiente "arsénico". Y en la cocina su madre preparando el desayuno como cualquier día de sus vacaciones.

Despertándose Laura con su pijama blando de claveles lilas y ramas verdes, alza una sonrisa hacia la ventana, el aire la abraza y comenzara su día, se ha preparado para dar un examen de admisión a una universidad de internado, va al baño, se arregla en el closet, se pone sus lentes negros luminosos perlas, arreglada con una preparación académica de 7 meses, y estudios con una duración de 12:00p.m. hasta las 1:30 a.m. en todas partes, en todo lugar,-Gota del amor- desde eso solo nomás era una preparación para sus estudios de psicología-Amor como gota-.

Laura ya lista comenzará su recorrido, dirigida a comer por un instinto auto-mecánico, cabizbaja, baja las escaleras, en ese instante al ritmo que su pie tocar el antepenúltimo escalón Lavanda dejo de cantar y un recuerdo resurgió, los problemas en su jaula de cristal, recordó, con un dolor en el pecho y una amargura en la garganta, aguantando el lagrimeo en el ojo puesto ante el cristal, y divisara en la sala al costado de la ventana, arriba del sofá azul -lagrimal- un cuadro en donde su familia y un chico, ellos estaban vestidos de terno padre e hijos junta al chico castaño, vestidos lilas para las hijas, y de blanco la sutil señora, con sonrisa de pétalos de flor, blanca era aquel pétalo de flor, más la Vida de Laura... su vida acaba pues le faltaba esa sustancia vital a su sonrisa, blanca fue el pétalo se convertía con rapidez en un recuerdo pasajero de una película pasada. Ahí en el cuadro permanecía su lado de Laura un chico con sonrisa amigable, con collar de su segundo aniversario -2- nada más que ello le trae recuerdos formidables, El Dolor en el Corazón, una lágrima ha caído a la sombra tejida por amor de aquella madre.

Está preparada –esquiva nuevamente sus lágrimas– salió con esperanza de encontrar una nueva vida –aquella sustancia vital– a limpiarse de manera rápida las lágrimas de los ojos, en ese momento una revueltas de sentimientos andaban recorriendo sobre su mente, siente una aflicción en ella... Se quebranta y la lluvia de llanto viene a ella rodeándola.

Entre su mente piensa:

"Detente, no te frustres... cálmate, ohhh!!!... no me gusta pegarme cintas sobre mis partes recosidas y rotas consecuencias de mi llanto"

-No...-rompe en llanto Laura, su voy fue vanguardia, un poco confusa, dada entre Tristeza y Coraje, lo decía con dolor ligero de su garganta. Las gotas, esa lágrimas de un ángel estaban guardadas en un envase hecho de pétalos pegados resina de Rosas rojas, no resisten más, rompen sobre sus pupilas, en su lirios se marca los recuerdos de Oro.

-Leonardo!...- Laura sin voz cae arrodillada al suelo, su cabellos caen envueltos en sus manos puestos en a su suave rostro.

Su madre escucho el llanto, el amor de su hija fue fuerte y talvez inigualable. Celeste, su madre de Laura, corre desesperadamente cuando escucha el choque hiriente entre sus rodillas y piso.

-Laury... Mi amor- Se dirigió rápidamente cuando vio a suplica frente a la mala decisión de un pasado.

Laura, puesta en los brazos de su madre, –no queda nada– comienzo a des-aguarse...

Su mente estuvo casada desde el recuerdo de Oro. El cansancio, un día en ropa blanca le canso los ojos, la velas se apagaron desde el 25 de Agosto de 2010.

Laura cansada de un dolor de 1 años decidió de manera autónoma y con sinceridad a decretar un pacto con ella misma, guardar los recuerdos.

En su llanto declaro en sus pensamientos:

"Nunca olvidare a ese amor que me distes a través de los días malos y buenos, siempre recordare con gozo tus recuerdos y abrazos, cada beso en mi mejilla y sobre mi frente como cada enseñanza de quien me ayudo a pasar mi opresión: esa estúpida y solitaria Samanta. Gracias Leonardo"

En esos cortos minutos, su madre estaba atenta a cada palabra que ella podría decir ese momento de fierro oxidado. Laura comenzó a calmarse en los brazos de Seda, Celeste.

-Madre... Siempre lo recordaré- dijo Laura mientras se levantó lentamente, abrazando de manera tierna a la palma de su madre.

-Laury, no ocultes tu llanto, no entristezcas a tu madre... Tranquilízate querida, exhala e inhala, sigue adelante cómo el quería que sea, si mi hijita- Celeste se dirigió a su hija, Laura, mirando sus cristalinos ojos.

La Familia escucho la tristeza de Laura: Margot, Clara, Jenny (Sus hermanas), Daniel, Jeremy, Aron (Sus hermanos) y su querido padre Max. 

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"Laura Samanta Williams López siempre se escondía de los demás en la segundaria, no tenía muchos amigos y no por que no deseara, solamente le encantaba compartir con ella misma y alegrarse en su pequeño mundo pintado de blanco y celeste sobre una base Carmín –es de aquí que surgen las consecuencias de la soledad– jugaba y bailaba en sus recuerdos familiares y en su conocimiento mínimo y a la vez gigante."

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Laura y su madre se fueron juntas a preparar el desayuno. La familia Williams reunidos acomodadamente en la mesa, como siempre Max alegraba la casa y olvidaba a todos de sus problemas pasándolo junto a su familia un buen rato. Su Madre, Celeste, por otro lado siempre demostraba mucho afecto a la familia –imperfecta– y también era puesta una sonrisa como un palpitada más que se encuentre toda la familia.

Laura, estaba un rato con cara cabizbaja pensando –se perdió en su propia mente–, sin embargo, la escena que pasaba no podía evitar una sonrisa a aquellos recuerdos familiares y torpezas entre familias. Poco a poco se iba acostumbrando y ella dejaba toda tristeza en su corazón –rojo-puro–, Se sentía paz en su interior a poder expresarse pero sabía una cosa "Que sus recuerdos eran increíble, su vida en parte una locura, que aprovecho cada momento junta a todos y que su pequeña felicidad cobraba nuevamente y se convertía en una fogata que renace e esas cenizas"

Pasaron el desayuno, ahora es hora de retirarse, de coger la flor favorita –su Envuelto de la Suerte– espirar su olor, de salir con un beso de su madre, de unas Palabras de Papá, de una despedida inesperada para sus hermanos y hermanos. Para entonces los cabellos de Sable de Laura estaban nuevamente arreglados a una nueva Vida desde todos sus previos ángulos.