Única parte

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Era noviembre, la época favorita de Erick y el pequeño Nico estaba ansioso porque pronto llegaría de su muy lujoso y un poco precipitado viaje de negocios su papá Joel.

A pesar de ser muy pequeño, Dylan Nicolás que era como su papá Erick le llamaba cuando estaba haciendo algo malo, la edad le permitía darse cuenta de lo mucho que se querían sus dos papitos, aunque Joel viajaba mucho, siempre cantaban una canción antes de dormir para al día siguiente comer las verduras en el almuerzo. Era un trato justo. Muy Justo porque comer verduras para el pequeño era todo un sacrificio.

Casi siempre iba con Erick de compras o a tomar jugos en un puesto muy cerca de su casa, el que acabara muy rápido el suyo sería "El rey" por el resto del día.

Recuerda perfectamente cuando papá Erick de echó a la piscina con sus pantalones nuevos puesto sólo porque él se lo estaba pidiendo.

Tener poder era lo mejor, sin duda.

Pero ya había pasado mucho tiempo desde que su papá Joey no iba, había sido un viaje laborioso pero trabajar mucho significa dinero, según lo que le habían explicado a el pequeño Nicolás.

Lo mejor de las llegadas inesperadas de su papito eran los abrazos, los tres se abrazaban tratando de grabar cada detalle de ese pequeño momento porque eran contados los momentos en los que sucedían.

Lo peor, o bueno, lo raro según el pequeño, eran los ruidos muy feos que se escuchaban hasta su habitación una vez que sus papás lo abrigaban para dormirse y le cantaban cualquier canción que les llegará en ese momento.

Una vez ambos cantaron Despacito. Nicolas no pudo dormir bien en una semana a causa del trauma.

Y hablando precisamente de no dormir, a sus muy pequeños pero bien vividos nueve pequeños añitos, Dylan sabía que esos ruidos tan escandalosos provenían de su papá Erick, eran muy agudos, intensos y ahogados. Como si le estuvieran apretando el pescuezo pensaba el menor.

Y eso ocurría todo el tiempo, sin excepción cada vez que Joey volvía a casa, era un interminable lugar lleno de la voz de Erick resonando en toda la casa "Por favor Joel" "Necesito de ti" "Sólo a-a a... Joey"

Curioso que nunca podía preguntarles a ellos directamente, ni siquiera se animaba a hablarlo con alguien más, aunque una vez su maestra le explicó lo de los bebés y las cigüeñas y le pareció tan bobo que no le costó nada relacionar esos sonidos raros con eso.

Pero, vamos, ya tenía nueve años, era muy grande y podía preguntárselo a sus papás, quería al menos saber si podía elegir el sexo del hermanito o hermanita.

A veces pensaba que en realidad ya tenía hermanitos y sus papás los regalaban o escondían, porque eran muchas las veces que había escuchado esos sonidos raros, como para no haber visto a un sólo bebé por la casa.

Hasta que, un día en la comida, al fin se animó.

—Papás —susurró dejando la cuchara con la que estaba comiendo la sopa a un lado— necesito hablarles de algo importante.

—¡Dylan Nicolás estás muy pequeñito para tener novia! —replicó su papa sin sí quiera haberlo dejado hablar.

—¿Qué? ¡No! No era eso, fuchi —protestó haciendo una mueca, que bobo que era su papá algunas veces.

—¿Entonces, que quiere decirnos corazón?

—Gracias papá Joel.

—Bueno, bueno, podrían dejar de hacerme sentir un poco excluido aquí y decir qué sucede —interrumpió el ojiverde.

—Pasa que —miró sus deditos por unos segundos— desde siempre he querido saber, algo, de ustedes.

—Puedes preguntar lo que sea mi amor, somos tus papás, estamos aquí para escucharte.

—Es, e-es que quiero al menos pedir el sexo del bebé que están haciendo.

Y ambos quedaron pálidos.

—¿B-be-bé? —tosió un poco el mayor.

—Sí, papá Erick siempre hace ruidos raros por las noches cuando entras a su habitación, parece como si estuviera llorando.

y el mencionado Erick estaba más rojo que nunca, ni siquiera volteaba a ver a Joel.

—Bebé, no estaba llorando, es que tu papá me hace cosquillas ¿verdad Joel? —y este asintió tratando de convencerse de la idea también.

—¿Y por eso dices que ya no puedes más? — preguntó el pequeño frunciendo el ceño.

—S-Sí.

—Oh, bueno nunca lo había pensado.

—Descuida corazón. Intentaré ya no hacer tanto eso ruido.

—No te preocupes papá, yo estaba emocionado realmente, no me importaban los gritos con tal de que me dieras un hermanito para jugar —se tomó el último trago de jugo que le quedaba y se levantó de la mesa— mejor voy a dormir.

—Tienes razón, ya es muy tarde para que estés despierto —y seguido de esto el pequeño Dylan se despidió de él dándole un beso en su frente.

—No me molestaría un hermanito —susurró como para que sólo su papá Erick pudiera escucharlo— ¡Te amo papá Joel! —se despidió del mayor y se fue a su habitación.

Durante toda la cena a Erick le costó muchísimo más de lo que pensaba que sería cuando su hijo le preguntara por esos ruidos extraños. Y peor aún, la parte del hermanito, lo estaba destrozando por completo porque no sólo Nico tenía la ilusión de hacer la familia aún más grande, Erick también había soñado con tener a otro bebé.

Pero él ya no estaba ahí, y le dolía ver cómo su hijo aún hablaba con Joel, lo veía y él juraba poder sentirlo, abrazarlo, olerlo, escucharlo. Tanto así que Erick tuvo que aprender a fingir la presencia de Joel.

Ya que él había fallecido hace más de un año.

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⏰ Última actualización: Aug 22, 2018 ⏰

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¿Por qué lloras papito? - Joerick (One shot) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora