|PATRONUS|

19.4K 960 274
                                    


En la madriguera todos estaban con el corazón destrozado.

Habían perdido a muchos inocentes en esa maldita guerra sin sentido, pero ya todo había terminado. Los años de temor, los años de ocultarse de ese maldito de Voldemort habían llegado a su fin.

Por el momento solo debían pensar en otros temas para no caer en la depresión y desesperación.

Harry se encontraba muy mal, había visto morir a muchos seres amados, había estado entre la vida y la muerte. Se había enterado de tantas cosas; sobre la manipulación de Dumbledore, sobre la inocencia de Snape, el hombre que lo había odiado desde el primer momento, en realidad lo había estado protegiendo en secreto. ¿Cómo podía seguir adelante después de todo eso?

En ese momento se encontraba sentado en un sofá muy cerca de Ron, no podía atreverse a dejarlo solo, no después de haber sufrido una gran pérdida. También le hubiera gustado estar cerca de George pero el había decidido encerrarse en su habitación y nadie podía hacerlo bajar.

En la cocina se encontraban Ginny y Hermione, ellas estaban completamente nerviosas mientras preparaban leche para el pequeño Teddy que no podía dejar de llorar en los brazos de su abuela.

Los únicos que no estaban presentes eran los señores Weasley, ellos habían decidido quedarse en Hogwarts para ayudar en el levantamiento de los cuerpos. Un gesto que muchos magos habían agradecido por la mayoría de caídos.

Andrómeda se levantó del sofá y empezó a pasear al pequeño Teddy por toda la sala tratando de hacerlo dormir, pero era imposible, el pequeño bebé lloraba con desesperación. Eso le destrozaba más el corazón, hace poco había perdido a su única hija y el llanto de su nieto la ponía más débil, aún no sabía de donde sacaba tanta fortaleza para querer seguir adelante.

-Listo, solo espero que esté con la temperatura correcta-dijo Ginny mientras vertía leche en un biberón- nunca antes había preparado esto...-se acercó a la señora Tonks para ayudarla en alimentar a Teddy

-Dudo mucho que lo quiera...mi hija prefirió darle de lactar-dijo débilmente Andrómeda con la mirada triste.

-Debemos intentar-le dijo Ginny mientras ayudaba a la señora Tonks a sentarse-. Hermione ven, ayudame...-las dos jóvenes brujas con total cuidado intentaron hacer que el pequeño Teddy tomara un poco de leche pero era inútil, lo rechazaba, era algo nuevo para el, simplemente no estaba acostumbrado.

-¿Que haremos ahora?-dijo angustiada la castaña-. El pobre a estado llorando por muchos minutos.

-Tal vez ...tal vez solo quiere que lo cargue-dijo Andrómeda-. Esta fastidiado por el cansancio ...-se levantó del sofá y volvió a pasear a su nieto mientras le cantaba en voz baja.

Los minutos que pasaban parecían eternos.

Y en el fondo de la sala ya se había empezado una fría conversación.

-Aun me cuesta creer que Snape haya sido bueno-murmuró Ron-. Su expresión, la forma en la que te trataba...fue muy bueno fingiendo.

-Creo que no murió por mi...su muerte no fue mi culpa

-Ninguna pérdida a sido tú culpa, Harry

-Sabes a lo que me refiero. Muchos pelearon por el niño que vivió. Pero Snape...el tenía un tema pendiente, creo que sentía que debía morir para que su alma estuviera tranquila...no murió por mi, ni por mi madre, ni por Hogwarts, simplemente murió por el mismo.

-¿Estás diciendo que su muerte fue la más egoísta? ¿Te has escuchado? Sé que fue muy malo contigo, pero gracias a el te has mantenido a salvo.

Harry no respondió solo bajo por un momento la mirada.

-Ron-le llamo Bill desde las escaleras-. George quiere hablar contigo.

-¿Para que? ¿Que tiene?

Bill se encogió de hombros y bajo para dirigirse a la cocina.

-Ya vengo, Harry...voy a...conversar con George-el pelirrojo dejo a su amigo sentado en el sofá y subió hacia el dormitorio de los gemelos.

No sabía que tenía que decirle su hermano, pero aun así no se sentía muy fuerte para estar a su lado.

-George.. ¿Querías hablar conmigo?-preguntó asomando su cabeza por la puerta que estaba ligeramente abierta.

-Si-respondió débilmente-. Entra y cierra la puerta.

Ron obedeció. Ingreso al dormitorio de su hermano y se sentó cerca de el. No había absolutamente nada, los gemelos habían llevado sus pertenencias a su tienda en el callejón Diagon. Pero algunas cosas que Fred había dejado se encontraban en una caja que en ese momento George tenia entre sus manos.

-Sabes...hace mas de dos meses...Fred...-parecía que hacia un gran esfuerzo en no llorar-...el te compro algo.

-¿A mi?

-Si, el te lo quería regalar para tu cumpleaños-saco de la caja un paquete del tamaño de un puño-. Pensó que te podía interesar... creo que se desanimo al final..

Ron lo recibió con una sonrisa.
Lo desenvolvió con cuidado y vio que era un pequeño brazalete que tenía las iniciales de su familia.

-Es hermoso, enserio es hermoso-dijo Ron con los ojos llorosos- Fred nunca había sido detallista conmigo...es lindo el obsequio.

-Era una disculpa por la fobia que te causamos...fue una broma muy pesada y sin gracia

-La broma estuvo buena, pero no para un niño de tres años.

-Lo lamentamos, Ron...enserio lo lamentamos.

Antes de que Ron respondiera, la voz de su padre se hizo escuchar desde la sala.

-¿No estaba en Hogwarts?-preguntó George dejando la caja en la cama y saliendo de la habitación.

-De seguro ya volvieron-murmuró Ron mientras seguía a su hermano.

Bajaron las escaleras y se detuvieron en seco al escuchar el patronus de su padre.

(«¡Parece una locura! ¡Todos están despertando! ¡Los aurores no encuentran el cuerpo de Voldemort! Harry, si estás ahí quiero que sepas que Sirius está que te busca como loco ¡Dentro de poco tal vez recibas un mensaje de el! ¡No sé cómo volvió! ¡No sé cómo pasó, no me pregunten! ¡No salgan de casa! ¡Bill te dejo a cargo!»)

Y el patronus desapareció.

Todos estaban en estado de shock. Las palabras del señor Weasley aún seguían resonando en su cabezas.

-Fred..-suspiro George mientras sentía que la alegría le renacía en el corazón.

Un Nuevo Amanecer▶ Harry PotterWhere stories live. Discover now