quizás

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Raoul daba vueltas por su habitación, nervioso, con el móvil en una mano y mordiéndose las uñas de la otra. Era 30 de agosto y quedaban apenas 3 minutos para que llegasen las 00:00, lo que significaba el lanzamiento del single de Agoney. Y Raoul no sabía qué hacer. Quería llamarle, desearle buena suerte o darle la enhorabuena. Quería vivir este día con él. Quería disfrutar y celebrar una fecha tan importante a su lado. Pero no podía. No podía porque hacia ya varios días que no hablaban. La última vez que se habían visto había sido en el concierto de Almería y apenas se habían dirigido un par de palabras. Lo necesario para acordar cómo harían la interpretación de "Manos Vacías" y poco más. Las cosas estaban mal ya desde hace mucho, hacía ya unos meses que no compartían la vida como antes. Y a Raoul le estaba matando. No soportaba verle en los conciertos de la gira y no poder estar con él como le gustaría, no soportaba no poder llamarle y tirarse hasta las 3 de la madrugada hablando, no soportaba saber que estaba en la misma ciudad que él y no poder verle. Simplemente no soportaba echarle tanto de menos.

Y odiaba estar perdiéndose momentos tan importantes en la vida del canario, como el lanzamiento de su primer single. Debería haber estado a su lado, dándole la mano y tranquilizándole, porque sabía que en esos instantes tenía que estar súper nervioso. Debería estar ahí para besarle cuando diesen las 00:00 empezando con él el día que marcaba el inicio de su carrera. Debería ser todo de otra manera y sin embargo, Raoul se encontraba en su habitación solo y preguntándose si era buena idea llamarle o no. ¿Y si no se lo cogía? Iba a sentarle peor de lo que se atrevía a admitir. Negó con la cabeza y miró a su móvil, buscando en sus contactos su nombre hasta que lo encontró y no pudo evitar una pequeña sonrisa.

"Ago 🐭"

No había sido capaz de cambiarlo. Recordaba perfectamente aquella mañana que se había despertado en su cama con su novio al lado y se habían tirado hasta la hora de comer hablando mientras se abrazaban y se daban caricias. El moreno se había molestado al ver que su novio le tenía guardado en el móvil solo como "Agoney" y le había obligado a cambiárselo. Le había dicho que era demasiado soso y que él le tenía de una forma mucho más especial. Raoul no pudo evitar la carcajada al enterarse de que le tenía agregado como "Raoul 🐣" y decidió guardarle de la misma forma. Desde entonces había pensado muchas veces en volver a ponerle como "Agoney" pero nunca había terminado haciéndolo.

Suspiró alejando los recuerdos y su dedo tembló acercándose al botón de llamar. Miró la hora, las 00:04. ¿Seguro que era buen momento? Igual ahora estaba ocupado celebrándolo con su familia o algo. Se mordió el labio mientras pensaba pero sus ganas de hablar con él acabaron ganando y pulsó el botón. Se acercó a la cama y se sentó, sintiendo que si no lo hacía le iban a fallar las piernas de un momento a otro. Un pitido, dos, tres, cuatro... Y Raoul colgó. Esos cuatro pitidos habían sido suficiente para hacerle pensar que no se lo iba a coger, por lo que prefirió colgar él. Suspiró tumbándose en la cama, parpadeando para evitar dejar salir las lágrimas. El sonido de su teléfono le interrumpió y se volvió a sentar mirando con rapidez quién le llamaba. Era él. Le estaba devolviendo la llamada. Con los dedos temblorosos aceptó la llamada y se llevó el móvil a la oreja, sin atreverse a decir nada.

-¿Raoul? - Escuchó al otro lado de la línea y tuvo que morderse el labio al volver a escuchar su nombre dicho por él. La voz del moreno sonaba curiosa y confusa, pero también algo nerviosa - ¿Me has llamado?

-Ago... - Susurró con un hilo de voz y escuchó como el contrario tomaba aire. Tenía que recomponerse si quería ser capaz de mantener una conversación con él - Sí eh... pero... bueno es que tampoco quería molestar.

-¿Por qué has llamado? - A Raoul se le encogió el corazón, no sabía que iba a sentarle tan mal que le llamase. Se sentía imbécil.

-Lo siento, yo...

quizás | oneshot ragoneyWhere stories live. Discover now