Una vez un joven de 16 años llamado William que vivía junto a su hermana de 13 llamada Lizz, sus padres no están siempre presentes por el simple hecho de qué sus trabajos eran más importantes qué sus propios hijos, su abuelo tuvo que vivir con ellos en Su casa que estaba ubicada en la provincia para poder criarlos.
En una mañana del 16 de junio, William estaba durmiendo en su habitación toda desordenada, su ropa sucia por todos los lados y un mueble que tenía una TV vieja, en ese momento a las 9:30 AM unos perros comienzan a ladradar al frente de Su casa haciendo qué se despierte su hermana, su abuelo y él, William se había levantado en su cama y salió de su habitación con una remera blanca, un corto azul, con su cabello castaño todo despeinado. coger un palo de escoba y salió de su casa para darle palacios a los perros, porqué el odiaba a los animales desde qué era pequeño porqué por ellos la tenia una cicatriz en el ojo, después de echar a los perros a golpes dejá un Pomerania bebe mal herido, él quería aprovechar el momento ya qué el animalito era pequeño intento pisarlo para matarlo, pero su hermana apareció y lo empujo tirándolo al piso, ella toda asustada recoje al perrito y regresa a casa corriendo.
El abuelo sale de la habitación con su cabello y barba blanca llama a William, el chico asustado deja el palo en el piso y sale corriendo por la calle. El logro de llegar a un callejón todo oscuro donde había perros peligrosos durmiendo como Rottweillers, Dobermans y Pitbulls. Él intentando retroceder aparece una figura horrible semidesnuda, muy delgada, y mucho cabello, con dientes filosos salido. Willian muy asustado por esa escena empieza a caminar hacia adelante y los perros se despiertan y ven al chico y a ese monstruo, y por un instante se escucha como qué si los perros hablaran agradeciendo la comida a la ama de los animales Caá Pora. Así los perros saltan sobre William empezando a comerlo.
Pero el monstruo ese se le acerca al joven mientras estaba siendo comido, y le dice: -gracias, necesitare más comida como... y solo tengo qué hacer qué los perros ladren-
