Idealización

Idealización

Tal vez es una exageración

pero nadie te avisa que lo que estaba en tus programas de chiquita no es así,

¿a vos te avisaron que así no funcionaban las cosas?

Esa manera de crecer rodeado de tanto amor idealizado,

tanto primer amor perfecto,

para siempre, sin discuciones,

con las risas detenidas en el tiempo,

y la radio encendida pasando la versión extendida de Necesito de Sui Generis,

y aunque crescas y veas que tan así no es,

seguís esperando que sea tan así,

¡qué feliz serías si fuera tan así!

Entonces todo recae en la posible persona,

de la que te enamoraste tan fugaz y verdaderamente en un momento inolvidable,

siempre van a recordar ese momento, el cómo sonreía

y en cómo le quedaba la remera azul marino pegada al cuerpo,

el destino de los libros de amor que estaban en el estante viejo de la casa de tu abuela,

sale y los une para siempre en amor verdadero,

un concepto tan extraño, abstracto y cuestionable.

E idealizás el amor,

e idealizás esa persona en la que recayó todas las historias de amor,

las historias de amor de los estantes viejos de nuestras abuelas.

Y nos lo creemos,

y se llama destino, se llama risas detenidas en el tiempo,

y ponés la versión detenida de Necesito de Sui Generis en el celu,

bailás y reís y disfrutás esa idealización tan mentirosa,

pero él no la baila, no ríe,

en más, no le gusta,

te pide que la cambies, que pongas esa música de ahora,

tan poco romántica y con baile tan diferente.

Ahí llorás, porque no podés aceptar que la escena con la que creciste cambie,

que el amor que querías con esa persona sea tan diferente,

la impotencia es la que te cierra los puños,

y la realidad te ofrece un pañuelo para las lágrimas, pero no lo aceptás,

y seguís intentando, con la impotencia de la voz en forma de grito.

Gritale, a él tan idealizado, a la serie de amor verdadero tan idealizado,

y a la canción tan poco romántica. Y morí en parte.

No es lo que esperabas.

Entonces seguís intentando,

porque siempre se puede salir adelante,

no querés cambiarlo porque es perfecto,

y la idealización cambia, pero sigue siendo la misma mentira,

la benda de los ojos cambia de color,

el Necesito de Sui Generis ahora es reggaeton,

pero él sonríe igual que en las películas,

y la remera todavía le queda igual de ajustada que cuando se conocieron,

y ya no importa tanto mientras seas feliz.

Las películas que querías ver en las noches para que te abrace son discuciones,

discuciones porque él no es como querés, él quiere salir a caminar,

es tan distinto a como tiene que ser que te enoja.

Y llorás, otra vez, desepcionada.

Y cuando ya no está no lo podés soltar,

porque es tu primer amor,

el destino los unió para siempre,

y por más que creas que puede cambiar recordás

la canción de Sui Generis,

la familia que ibas a formar con él,

tu libro favorito de chiquita,

y volvés a buscarlo

una vez

dos veces

tres veces

y hasta que cumpla con lo que querés,

aunque no pueda pasar no hay que aceptarlo.

Nunca vas a soltarlo para siempre.

Cuando estés un día limpiando tu cuarto

te vas a encontrar con esa caja en donde guardás sus fotos

sus risas congeladas y las canciones de reggaeton,

y las vas a tirar, sin dolor,

y te vas a sorprender porque lo estiraste tanto y no duele nada,

y vas a ser feliz,

cuando te preguntes ¿lo amo todavía?

Respondete que lo amaste,

porque es verdad, la idealización va a terminar,

el amor no era tan verdad al final,

él recobra los colores verdaderos,

las discusiones son en tonos desgastantes,

y le ponés freno a la mentira.

No era su culpa, él fue victima igual que vos de la idealización,

porque parecía tan feliz y sincera,

y ahora la cosa es tan diferente.

Poné Necesito,

de Sui Generis,

Y buscá ese no primer amor que la baile con vos,

y no va a ser alguien perfecto,

va a tener dientes chuecos y las manos sudadas,

va a ser más real y te va a gustar por eso,

porque baila mal y te vas a reir como en la peli,

pero vas a diferenciar que no es una,

porque cuando discutan se van a amar, y no te va a decepcionar.