Parte 1: En el pub.

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-Cuando le digo a la gente que trabajo en la noche estoy seguro que no se imaginan esto- señalé colocando mi arma en el cinturón.

Hacía tiempo que me había mudado a Tenby, un pequeño pueblo en Gales donde podía pasar desapercibido. Mi única compañía desde la caída del señor tenebroso era mi pequeño oso de peluche al que había bautizado con el nombre de Miss y que venía con la casa alquilada.

-¿No contestas Miss?- le volví a hablar.

Supongo que sería raro que me contestara teniendo en cuenta que no está encantado ni nada por el estilo, es completamente un juguete muggle.

Ha pasado ya un tiempo desde que fui expulsado de Hogwarts. No se me permite realizar magia y tampoco sé donde está el resto de mi familia. Perdí todo, mi varita, mi honor, mi apellido. Los Malfoy ya no eramos más que escoria ante la caída del Señor tenebroso, nos hemos visto obligados a sobrevivir como podemos y actuar bajo la sombra.

En mi nueva vida de muggle no era más que un recadero, un matón, un mercenario. La falta de simpatía siempre había sido mi fuerte, y los conocimientos de tortura como mortífago me han servido como experiencia para no morir de hambre ahora que no puedo depender de la fortuna de mi familia.

-Ahora te veo Miss- dije a forma de despedida antes de cerrar la puerta de mi piso.

Salí a la calle y el frío recorrió mi cuerpo como una corriente eléctrica. Notaba como poco a poco mis músculos se tensaban ante la presencia de aquella fría y húmeda noche. 

Esta noche tenía una misión, torturar a un vecino de la localidad para que pagara a mi cliente lo que le debía. Yo, Slytherin de sangre limpia, pegando para poder comer. Increíble pero cierto.

Hacía mucho que no salía de casa y no había notado que hacía tanto frío así que decidí ir al pub de la esquina para tomar un Whisky y entrar en calor. El local solía estar siempre vacío pero hoy se escuchaban vitoreos desde la entrada. Abrí la puerta y pude ver multitud de siluetas en la pista de baile cantando y moviéndose al ritmo de la música. 

El pub tenía la música demasiado alta, mi pecho retumbaba

She bad, she bad, Baby so fine, put it in rewind 

Leave when Im behind you, ooh baby

Lookin like a godess 

can you back it up now?

Miré entre la multitud aprovechando mi altura cuando la ví. Un gruñido se escapó de mi pecho nada más ver su melena alborotada.

-Granger...-susurré para mí.

Perdí todo con la caída del señor tenebroso, sin embargo el trío calavera había llegado a ser parte del Ministerio de Magia, nada más ni nada menos que aurores. Observé bailar a Granger a lo largo de la pista mientras cantaba y se contoneaba cerca de un hombre. Ella llevaba un vestido largo rojo brillante y unos labios rojizos que destacaban con las luces de la discoteca, algo que me resultó del todo contrario al comportamiento habitual de ella. 

Lo tengo claro, aquí hay Boggart encerrado.

No debía distraerme de la misión de esta noche, pero por otra parte me parecía atractiva la idea de poder relacionarme aunque fueran unos instantes con el mundo mágico. Torturar a un pobre hombre no era nada en comparación con la oportunidad de poder fisgar en los planes de un auror, y no de cualquiera, sino de la sangre sucia.  

-¿Qué observas tanto?- me sorprendió la voz de Melannie.

Melannie era la camarera del pub. Una mujer peliroja con cabello rizado y ojos azules que tenía un motón de pecas por la cara. Normalmente se mostraba sonriente aunque poseía bastante carácter.  Habíamos hecho amistad, si se puede decir así, porque cada vez que tenía una misión solía bajar a tomar mi Whisky antes. 

Desterrado.Where stories live. Discover now