Todas las noches, una madre después de un arduo día de trabajo acostaba a su hijo. Ya que se dormía se dirigía a la cocina a prepararse una rica cena, este era el momento favorito de su día.
Hasta que una vez algo pasó, se distrajo, y cuando volteo, su cena ya no estaba, confundida, se fue a dormir.
La noche siguiente volvió a hacerse de cenar y sucedió lo mismo.
Este suceso se volvió una rutina durante meses y entre más pasaba el tiempo la madre pensaba que estaba volviendo cada vez más loca
Cansada y harta de esto decidió ponerle fin, la solución fue envenenar la comida y castigar al que le estuviera haciendo esta travesura.
Esa misma noche cocino su plato favorito con un ingrediente secreto y tal como lo esperaba el plato desapareció.
La mañana siguiente cuando fue a despertar a su hijo, su hijo estaba muerto y se lo comió.