1.Planes.

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Mi mejor amiga, Amaia, abre la puerta de mi apartamento y me encuentra asaltando mi querido armario de las calorías. Un armario donde están todas las comidas basura de bolsa, tableta o crema, el paraíso de las calorías vacías, las grasas saturadas y los ultraprocesados, el cual suele asaltar más a menudo ella que yo. Me hago un bocadillo de Nocilla mientras ella pasea por mi salón, aunque lo más normal, a la par de antihigiénico, es que yo meta el dedo en el bote, pero solo lo hago cuando estoy sola, y prometo que no es muy a menudo. Cojo mi iPad plateado, que tengo apoyado en la barra americana, para mirar el correo que me ha llegado en las últimas horas.

-Alaia. ¿No crees que deberías disfrutar el poco verano que te queda por delante todavía?.- Levanto la cabeza de la pantalla y veo como se quita sus Converse bajas negras y las lanza fuera de mi moqueta mullida donde también están los dos sofás y la mesa baja. La veo a través de la cristalera que separa mi cocina de mi salón de estar.- Te pasas todo el maldito año aguantando mocosos, dando clase y corrigiendo exámenes. Y en verano, que son también tus vacaciones, solo piensas en seguir haciendo eso.- Me observa inquisitiva desde el sofá y yo la lanzo una de sus zapatillas que encuentro por el camino a la cabeza, la cual esquiva con rapidez tumbándose en el sofá, mientras yo intento que el iPad no se me manche con el bocadillo de Nocilla, cosas que sostengo en la misma mano.

-¿Sabes que te odio?.- Digo cogiendo el bocata con la mano con la que no he cogido su zapatilla. Ella sonríe. ¡La odio cuando se pone así!. Ya sé que mi trabajo a veces va por encima de mí. Ella me lo recuerda casi todos los días cuando no consigo desconectar de todo por completo.

-Soy tu mejor amiga, en todo caso, me amas.- Dice sonriendo mientras coge uno de los cojines y se sienta como un indio con el entre las piernas, solo la hace falta la pipa en la boca y el peinado con plumas. Doy un mordisco al bocadillo de Nocilla y me relamo el chocolate de mis comisuras. Amo el chocolate en todos sus estados mientras no amargue mucho, es mi punto débil.

-¿Y qué me propones para disfrutar la última semana que voy a tener de vacaciones hasta dentro de cuatro meses?.- Digo cruzando el salón en dirección hacia el ventanal del fondo que da a la terraza. Sonríe satisfecha ante mi pequeña manera de seguirle la corriente, pero algo me dice que debería huir sin mirar atrás del plan que me va a proponer ahora mismo. Se recoge su melena larga, rizada y extremadamente pelirroja natural en un moño alto. La chica del pelo de fuego, va hacerme arder otra vez con sus planes. Como lleva haciendo desde el día en que nacimos.

-El martes empiezan las fiestas de mi pueblo. ¡Cinco días de fiesta sin interrupción!. Llamamos a las chicas y vamos.- Me dejo caer en mi pub enorme de cuero negro de imitación. De mientras ella ya maquina planes maquiavélicos para tenernos toda la semana de un lado a otro desde el sofá. Coge mi portátil y abre Skype para que todas las dispuestas ha hacer el viaje podamos hablar.

Amaia es mi mejor amiga desde que ambas tenemos uso de razón, teniendo en cuenta que nacimos con un día exacto de diferencia, una coincidencia, ella nació un mes antes de lo previsto por el médico y de lo debido, fue octomesina. Yo nací el 8 de agosto y ella el 9. Nuestras madres eran vecinas aquí en Bilbao, y también amigas desde el colegio porque vivían en la misma zona, nuestros abuelos vinieron aquí en busca de trabajo muchos años atrás, mi abuela materna encontró a mi abuelo, y su abuelo materno encontró a su abuela. Las dos eran vascas pero con uno de los dos padres castellanos, y, por muy sorprendente que parezca, nuestros padres, son americanos, amigos de la universidad. Nuestras madres los conocieron en un bar mientras ellos hacían turismo por todo el Norte de España en un viaje de verano. De aquel encuentro surgió un doble amor, y aquí estamos nosotras como resultado de aquel amor. Somos mitad americanas, y de dos sitios de España; Vascas por el País Vasco -que es una zona de España, no un país- y Castellanas, por ser de un pueblo de Palencia yo, y Amaia por ser de uno de Soria, los cuales están en la comunidad Castilla y León. La repartición de España es algo extraña la verdad, y bastante liosa.



Jodido vasco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora