Vanessa

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Muchas personas siempre me preguntan cuál fue el motivo por el cual decidí dedicarme a ser médico forense; ya que por más de ser una profesión muy interesante, no lo ven como una de las primeras opciones en la lista de los jóvenes a la hora de elegir una profesión. Pues bien mi caso es un tanto especial; sucede que cuando era niño, mi hermana mayor llamada Vanessa, desapareció sin dejar rastro alguno. La policía la buscó y nunca pudieron hallar ni siquiera el cuerpo. Recuerdo que en aquella época yo también decidí investigar con mis amigos, buscando en los lugares que Vane solía frecuentar, pero no encontramos absolutamente nada, lo que era lógico si te ponías a pensar que la policía tampoco lo había hecho, porque unos simples niños como nosotros lo lograrían. Bien, eso hizo que me despertara un gusto o más bien una pasión por el misterio, por los casos; pero no quería ser policía ni detective, ya que a su vez era un hombre más de ciencia, así que fusionando mis gustos, llegué hasta esta profesión. Como forense he visto muchas cosas, algunas fuertes, otras no tanto, he ayudado a determinar causas de muerte, he orientado investigaciones y he identificado cuerpos, todo lo normal para alguien con mi trabajo; pero nunca pensé que me sucedería algo como aquella tarde, aquella tarde que para un hombre de ciencia como me consideraba, no tenía sentido.

Entré a la morgue a eso de las dos de la tarde luego del almuerzo, todo estaba como lo había dejado, excepto por una cosa; había un cuerpo dentro de una bolsa negra sobre la camilla. No me habían avisado nada y revisándolo no encontré ningún documento que registre aquel cadáver. En esas condiciones no quería tocarlo, así que primero hice unas llamadas explicando lo que me había encontrado en mi lugar de trabajo, pero nadie fue capaz de darme una explicación y me dijeron que no tocara nada hasta que llegara la policía, era lo más sensato pensé; pero algo brillante noté debajo de la bolsa negra, me acerqué y vi algo que me dejó helado de la impresión, era un collar de plata con una V colgando, muy parecido a uno que le había regalado mi madre a mi hermana una vez, aparte de ser imposible la tonta idea que me vino a la cabeza, el collar estaba muy nuevo para pensar una ridiculez como la que yo me imaginé.

Luego me dio igual lo que diría la policía, abrí la bolsa y vi el cuerpo mutilado de una mujer, empecé a temblar, no había explicación lógica para eso. Me puse a trabajar, el cuerpo había sufrido múltiples heridas, las cuales eran muy recientes, lo que hacía aún más loco todo. Pero encontré algo que sin muchos análisis y pruebas confirmaban la estupidez que estaba pensando. Dentro del bolsillo de su pantalón estaba su cartera con su identificación. Esa mujer que yacía muerta en la camilla era Vanessa, mi hermana.

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