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Acomodé el anillo de mi dedo anular, se veía lindo.

— ¿Quién es el más bonito? — Sus manos rodearon mi cintura —. ¡Tú lo eres!

— Jodete, no lo soy — Le dije riendo, mientras le servía café en su taza favorita.

La noche era fría y está se iluminaba por la luz de la luna que entraba por la pequeña ventana.

— Tengo mucha suerte de tenerte a mi lado — Lo miré a los ojos y sabía que no quería a nadie más que a él.

Me dio una sonrisa sincera antes de acercarse y dejar un pequeño beso en mis labios.

Sentí un mareo, que normalmente me ocurrían, pero mi vista se fue nublando cada vez más y más.

Todo daba vueltas.

— ¿Amor? — Hablé en alto aún viendo su borrosa silueta.

No contestó.

— ¿Joel? — Pregunté y tiré mis brazos hacía él.

Caí al piso, sintiendo un pitido en mi oído y mi respiración disminuyendo.

Abrí los ojos de golpe.

Odiaba mi mente y su manera de crear mis sueños.

Me hacía soñar con Joel frecuentemente.

Creando situaciones que nunca podrán ocurrir.

Sentí como la cama se movía levemente, giré y vi a Brett que estaba durmiendo plácidamente.

Me acerqué y acaricié su atractivo rostro.

Su rostro expresaba seguridad cada vez que lo mirabas.

Nos conocíamos desde niños, fuimos mejores amigos y ahora esposos.

Me alejé con cuidado, pero poco a poco él fue abriendo los ojos.

— Buen día.

Su voz era ronca.

De nuevo me acerqué y dejé un beso en su mejilla.

— ¿Qué quieres desayunar?

— Sorpréndeme — Reí —. ¿Quieres que te ayude?

— No, yo haré todo, si quieres hazme compañía.

Se levantó de la cama con tranquilidad y salió de la habitación.

Después de ese sueño no tenía mucha hambre.

Me senté en la orilla de la cama.

No podía seguir pensando que algún día despertaré y será Joel quien esté a mi lado.

Tomé mi bata junto a las pantuflas y caminé a la cocina.

— Emparedado de queso y aguacate — Lo dejó en frente mío junto a un vaso —. Y jugo de piña, tu favorito.

Muchos me llamaban afortunado por tener a Brett.

Lo describen como un hombre perfecto.

Evidentemente no lo es, pero no podía quejarme, lo tenía todo.

Vivíamos en una casa enorme y hermosa, podía permitirme el lujo de no trabajar y tenerlo todo.

Claro, era obvio que Brett no trabajaba como reponedor en el supermercado como decía, pero no quería saber nada de sus negocios turbios.

El día que reportaron a Joel desaparecido,
Brett decidió pagar la investigación.

Joel estudió periodismo, apenas lo vi saliendo de su universidad supe que iba a enamorarme de él.

Desaparecido | Joerick OSWhere stories live. Discover now