Kookie

84 9 0
                                    

-Te ves precioso, mi amor.- susurró al cuerpo debajo suyo, dando un último empuje a su interior para finalmente acabar como nunca antes. Satisfecho unos instantes, hasta que el deseo volviera a burbujear en su vientre, haciéndolo sentir como un niño a punto de hacer una travesura.

-Lo sé.- respondió el de ojos obsidiana, que ahora estaban algo llorosos y con un brillo especial, ese que le dice al rubio que había sido increíble.

“Kookie” no tardó en levantarse y tomar sus cosas, cubriendo ese redondo trasero con un bóxer en segundos, y dejando caer la camiseta por su trabajada espalda. Era tan malditamente hermoso.

-¿Ya te vas?.- preguntó algo decepcionado.- Sabes que puedes  pasar la noche aquí.

El azabache volteó unos instantes, para darle una sonrisa lasciva y acercarse hasta que sus rostros quedasen casi juntos, dejó un trozo de papel con un número en el pecho del mayor y dio un suave mordisco al labio inferior frente suyo.

-Hasta luego bebé.

Salió de allí tan rápido como llegó, tomando una buena cantidad de la billetera del chico en la cama y acomodando su cabello.


Huff…hufff…huff…


Otra noche de sábado volvió a despertar jadeante, empapado en sudor y con el pene como una roca.

Cerró los ojos una vez más, pero solo consiguió ver los ojos espesos y negros de ese prostituto, ojos que parecían saberlo todo y que sin embargo, no te decían nada.

Bajo la mirada atenta de la luna llena metió una mano bajo sus bóxer y dio un leve apretón.

Aún puede oír los susurros obscenos de ese hermoso hombre clamando a su nombre, piernas trabajadas y manos que quemaban como brasas, como si supiera exactamente cómo debía ser. Porque sabía como quería que fuera.

De un momento a otro se encontró con el fantasma de ese chico rondándolo todas las noches, dejándolo exhausto, pero aún así tan necesitado de él.

Ojeras yacen bajo sus ojos miel por tantas noches en vela, recordando cada suspiro como si hubiera sido ayer, a pesar de los años que habían pasado y las constantes atenciones de su mano, no era capaz de borrar de su mente al precioso chico de labios rojos que una vez tuvo.

Trató acostándose con miles de chicos, incluso chicas, pero acabó usando a todos ellos, ninguno de esos seres humanos siendo más que un hueco en el cual correrse. Ninguno llegaba siquiera a compararse con esa mezcla de dulzura y pasión que emanaba el misterioso hombre que se ofrecía en uno de los barrios más reconocidos de la ciudad por los lujosos hoteles, bares y casas de juego que lo caracterizaban.

Cuantas veces había buscado una cuenta en internet, contratado detectives, incluso vagado por la ciudad en su búsqueda. Pero no sabía siquiera su nombre.

Tomó el papel ya desgastado entre sus manos y marcó en su celular.


Beep…beep…beep…


-Lamentamos decirle que el número que intenta llamar no existe, por favor, contactar-

Tomó su polla con fuerza y empezó a moverse otra vez.









Drabble dedicado a esos dos chicos que me hacen feliz con solo una sonrisa♡. (Aunque vivan al otro lado del mundo já).

Whore [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora