Algunos contratos tienen letras pequeñas y cláusulas escondidas. Algunos tienen reglas y cosas prohibidas. Otros tienen promesas y también decepciones incluidas. ¿Qué tanto estarías dispuesto a perder con tal de salvar el patrimonio familiar?
Un con...
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Hace dos semanas que no sabemos nada de Jacob, el se ha ausentado de la escuela y de su programa de radio. Es comprensible que se haya ausentado tanto tiempo después de lo que pasó con su madre. Las clases ya habían terminado así que me iba directo hacia mi casillero para guardar mis libros, y sacar los que ocuparé para hacer la tarea de este fin de semana.
Había deseado tanto que llegara este fin de semana largo, ya que el lunes no tenemos clases. Esta semana ha sido muy pesada, los profesores ha sido muy crueles dejando trabajos complicados para el día siguiente y como íbamos a tener fin de semana largo se aprovechaban de eso. Mientras guardaba las cosas que necesitaba en mi mochila, Lindsay y n Nathan llegaron por detrás asustadome haciendo que soltara un super gritó.
—¡Idiotas, joder! ¡Me asustaron!.–los miró con mala cara y ellos ríen al instante.
—Lo sentimos amiga.
Casi me da un infarto y solo se les ocurre decir" Los sentimos" lo sienten mi trasero ¡Estúpidos!
—Sí, cómo sea.–suelto un bufido,—A que debo su cordial visita digo ya que sus casilleros quedan muy, muy lejos del mío.
—Tenemos noticias.–sonríe Nathan.
Al instante frunzo el ceño,—¿Noticias? ¿De que o de quién?
Lindsay se cruza de brazos y me mira molesta,—Recuerdas que Jacob se desapareció.
—Sí, recuerdo.–suspiró,—Lo siento pero pudieron haberse explicado antes.–me cruzo de brazos,—¿Cómo está?.–Preguntó.
—Bien o eso creo.–dice Nathan rascándose la nuca,—Su motivo de desaparición fue que estaba en Washington con su hermano Tyler, ahí encontraron la mejor institución para que pudieran ayudar a su madre.
Oh vaya, pobre de Jacob y de Tyler puedo imaginarme todo lo qué han sufrido estas dos semanas. Dejar a tu madre en una institución para que la ayuden con sus problemas no es nada fácil.
—Estamos a punto de irnos al aeropuerto, El vuelo de Jacob llega en dos horas.–Sonríe,—¿Qué tal si nos acompañas?.–pregunta Nathan.
—Claro, vamos.–sonrío.
El trayecto hacía el aeropuerto fue demasiado divertido, Nathan se la pasó contándonos chistes muy malos y Lindsay y yo nos moríamos de la risa de lo malos que eran y por la reacción de el. Cuándo los chistes malos pararon Lindsay empezó a decirnos que debemos de hacer todo lo posible por animar a Jacob ya que el esta pasando por un mal momento, y la verdad es que tiene mucha razón.
—¿Qué se te ocurre que podemos hacer?.–Preguntó al instante.
—Un viaje.–sonríe,—Tenemos este fin de semana largo para disfrutar ¿Qué les parece?.–nos mira sonriente a Nathan y a mí.
—¿Un viaje?.–la miró sorprendida,—Jacob apenas viene llegando de un viaje largo y ya quieres embarcarlo en otro.
—No haremos un viaje largo.–Suelta un bufido,—Sólo será a las afueras de la ciudad ya verás que a Jacob le encantará el plan.–sonríe orgullosa.
