In Another Life...

Capítulo 1: El renacer de una nueva alma.

Oía...

Oía los gritos y los jadeos. Era consciente de lo que pasaba, mi corazón latía a mil por hora, mis ojos cerrados, notaba esa luz en mis pequeños ojos, oía la felicidad y la risa de mi alrededor, oía los llantos, lo oía todo. Yo sin embargo, era un pequeño cuerpo indefenso, notaba a una persona cogiéndome en brazos, llorando, supongo que sería de alegría. Y os preguntaréis el por qué, porque, había nacido. Yo... Erick Brown estaba en el mundo. Y no tenía ni puta idea de lo que iba a ser de mí y que cojones pasaría en mi vida, ni que personas la formarían, ni los momentos que viviría. Pero bueno volvamos a dónde debemos estar, en Brooklyn el 19 de Septiembre del 2000, un año muy redondo y en el que los cambios surgen y la sociedad suele avanzar. Vuelvo a mi casa, donde me espera toda mi familia para recibirme. Mis hermanas Allison y Michelle, sobre todo mi madre y mi padre que me llevan hacia mi casa, ellos se llaman Bart y Mary. Llegué a casa y sentía como me acariciaban y como su alegría recorría por cada uno de sus cuerpos. Mi hermana Allison tenía 4 años, es rubia de pelo rizado y algunas veces liso y mi hermana Michelle tenía 14 años, todos estaban allí por mí.

A medida que pasaban los días, las semanas, los meses e incluso los años. Yo como era obvio iba creciendo, fuí a una guardería cerca de Sunset Park y ahora estoy en un colegio donde he conocido a mis compañeros, un colegio bastante lujoso para mis gustos el "Constance Billiard School" un colegio donde solo entran personas con bastante dinero y sobre todo suerte. Pasar de estar en Brooklyn a estar en Nueva York, no es un paso bastante grande, pero si efectivo e intenso. Mi familia no es tan poderosa como otras, no sé que habrán echo para que haya entrado en este colegio. Sé que quieren lo mejor para mí, pero esto no me pega y tengo miedo a que me miren por encima de mí o con caras raras. Pero bueno hoy es el primer día y no creo que lo vaya a pasar tan mal. Mi madre se despidió de mí como si nunca más me volviese a ver, me soltó en la puerta del Constance y se fue. Yo no sabía que hacer, pero me armé de valor y entré como si fuera uno más. Caminé por ese pasillo lleno de luz lleno de gente, menos mal que solo tenía 7 años, pero aún teniendo solo 7 años tenía esa mentalidad, podría llegar a barajar opciones de lo que sería todas esas personas y cómo podrían llegar a hacerme la vida imposible, pero a lo mejor, me equivocaba...

Todo el mundo me miraba raro y yo agachaba la cabeza, era como si yo fuera carne fresca y ellos unos leones hambrientos, entré al aula como si nada y me senté en cuarta fila, en la zona en frente de la pizarra. Sentía como me miraban y sus cuchicheos, pero entonces giré la cabeza y la ví... chica con pecas, ojos azules, pelo rubio, parecía un clon mío pero en chica, no sabía que decir por que ella también me estaba mirando, nuestras miradas plasmaron juntas y desde entonces la chispa surgió. 

- Hola, soy Ashley, ¿y tú cómo te llamas?- dijo con una voz un poco irritante

- Hola, soy Erick, ¿qué tal estas?- dije yo con tímidez.

Ahí, en ese momento, empezó todo lo que tengo ahora.

A medida que pasaban los años, yo vivía más experiencias, junto a lo que son ahora mis amigos. Pero todo cambía justo al entrar al instituto. Ahí es cuando mi grupo se disparce y se añaden nuevas caras, absolutamente caras desconocidas para mí. Tendría que darles una oportunidad para ponerme a conocer a esas chicas y a los chicos de mi nuevo grupo, menos mal que tenía a Ashley y a George que si no, no sé que sería de mi.

Uff, mi vida estaba desordenada, yo estaba muy agobiado por mi primer día de instituto, no sabía que sería de mi ahí dentro, lleno de criticas, lleno de envidia, lleno de soberbia y de maldad. Tenía a mi lado a Ashley a George, mis dos fieles amigos, fuimos a ver la lista de clase, en cuánto la vimos mi mente desconectó, se quedó en blanco, me agobie muchísimo por que en mi clase no había nadie que conociese. Todo iba a ser un caos para mí, lo veía todo negro.

Joder, por que soy tan negativo - mi mente pensaba.

Pero de repente vi algo de luz y dije que con valentía y valor todo se conseguía. Esto va a ser un nuevo cambio en mi vida, lo sé. Esto iba a ser la revolución de mi nueva vida.